THE LATIN VOX (12 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una reciente intervención, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su arrepentimiento por no haber seguido el ejemplo de su predecesor, Donald Trump, al no poner su firma en los cheques de estímulo económico enviados durante la pandemia de Covid-19. Esta decisión, según Biden, pudo haber contribuido a la percepción de que su administración no hizo lo suficiente para combatir la inflación, a pesar de que la economía mejoraba.
Durante un discurso en el Brookings Institution, un influyente centro de pensamiento en Washington, Biden reflexionó sobre su respuesta económica ante la crisis del coronavirus. «Dentro de los primeros dos meses de mi mandato, firmé el Plan de Rescate Americano», comenzó el presidente, recordando su propio paquete de estímulo de $1.9 billones aprobado al principio de su mandato. Sin embargo, en un momento de sinceridad, Biden admitió: “Aprendí algo de Donald Trump. Él firmó cheques para la gente, $7,400 por persona. Nosotros aprobamos el plan, pero yo no lo firmé, fue estúpido”.
El legado de Trump: los cheques y la política económica
La decisión de Trump de firmar los cheques de estímulo, un gesto inusual para un presidente, generó una gran polémica en su momento. El exmandatario fue el primero en poner su nombre en los cheques entregados por el Servicio de Impuestos Internos (IRS), un movimiento que muchos consideraron una estrategia política para ganar popularidad en medio de la crisis sanitaria. En 2020, Trump se jactó: “Estoy seguro de que la gente estará muy feliz de recibir un cheque grande, gordo y hermoso con mi nombre en él”.
Este gesto, aparentemente menor, tuvo un impacto significativo en la percepción de los votantes. Durante su campaña presidencial, Barack Obama relató que muchos votantes mencionaron que su apoyo a Trump se debía, en parte, al cheque que recibieron de su gobierno. Esta anécdota refuerza la idea de que la respuesta directa de Trump a la crisis económica fue vista de manera más favorable que la de Biden, a pesar de que el presidente demócrata implementó un plan de rescate aún mayor.
Biden y su estrategia económica: un mensaje de «Bidenomics»
El discurso de Biden también fue una defensa de su estrategia económica, conocida como «Bidenomics», que buscaba equilibrar la recuperación económica con la justicia social. A pesar de la persistente preocupación por la inflación y los altos costos de bienes como el combustible y los alimentos, Biden destacó los logros de su administración, como la creación de empleo y la disminución de la inflación, a pesar de las dificultades globales provocadas por la pandemia y la invasión rusa de Ucrania.
«Volvimos al pleno empleo, redujimos la inflación y logramos un aterrizaje suave cuando muchos pensaban que eso no sería posible», afirmó. Sin embargo, reconoció que las preocupaciones sobre la economía seguían siendo la principal prioridad para los votantes, lo que se reflejó en las encuestas durante las elecciones de 2024. Muchos votantes, incluso dentro de su propio partido, criticaron lo que percibían como una incapacidad para frenar la inflación, a pesar de los esfuerzos por revitalizar la economía.
La transición económica y el futuro incierto
A medida que su mandato llega a su fin, Biden expresó su confianza en que la economía que dejará será fuerte, pero advirtió que su sucesor podría revertir estos avances. Se refirió a los planes de Trump de restaurar las políticas de «trickle-down economics» (economía de goteo), que se basan en recortes fiscales masivos para las corporaciones y los más ricos. Biden advirtió que este enfoque podría llevar a déficits masivos y recortes en programas sociales fundamentales, argumentando que la historia había demostrado que esa estrategia no funcionaba.
«Creo que este enfoque es un error importante. Creemos que hemos demostrado que ese enfoque es un error durante los últimos cuatro años», dijo Biden, mientras se preparaba para la transición de poder.
El impacto del no firmar los cheques
El arrepentimiento de Biden por no haber firmado los cheques de estímulo resalta una de las lecciones de la política estadounidense: a veces, los gestos simbólicos tienen tanto peso como las políticas económicas.
Mientras que la administración de Biden dejó su huella en la recuperación económica, su decisión de no seguir el ejemplo de Trump en este caso podría haber afectado la forma en que los votantes percibieron sus esfuerzos. En un momento de profunda polarización y con una economía aún sensible a los precios altos, pequeños detalles como estos pueden tener un impacto duradero en la memoria colectiva de los votantes.
A medida que Biden se prepara para dejar la Casa Blanca, la forma en que será recordado por sus políticas económicas dependerá no solo de los resultados tangibles, sino también de cómo esos gestos simbólicos influyeron en la percepción pública.
Crédito fotográfico: PTI