EE.UU. borra informes climáticos clave de sitios web oficiales y genera alarma científica

To shared

THE LATIN VOX (1 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

En un movimiento que ha encendido alarmas entre científicos, funcionarios públicos y defensores del medioambiente, varios informes climáticos fundamentales del gobierno de Estados Unidos han desaparecido de los sitios web federales donde históricamente estaban disponibles al público.

Estas evaluaciones climáticas nacionales, exigidas por ley y utilizadas por gobiernos locales para prepararse ante los impactos del calentamiento global, han dejado de estar accesibles sin previo aviso ni explicación pública clara.

Las plataformas digitales de la Evaluación Nacional del Clima (National Climate Assessment, NCA) y del Programa de Investigación del Cambio Global de Estados Unidos (USGCRP) estuvieron inactivas durante el lunes y martes, sin enlaces, notas o redireccionamientos que indicaran su nuevo paradero.

Aunque la Casa Blanca declaró que los informes serán alojados bajo la órbita de la NASA para «cumplir con la ley», no se han ofrecido detalles sobre cómo ni cuándo volverán a estar disponibles. Hasta ahora, no se encuentran en los sitios de la agencia espacial.

Una pérdida de acceso con consecuencias reales

Para los expertos, el acceso a estos informes no es un lujo académico, sino una herramienta vital. Según Kathy Jacobs, climatóloga de la Universidad de Arizona y coordinadora del informe de 2014, la eliminación de los documentos es “una interferencia grave con los hechos” que puede poner vidas en riesgo.

“Es un día triste para Estados Unidos si es cierto que la Evaluación Nacional del Clima ya no está disponible”, dijo Jacobs. “Esto puede aumentar el riesgo de que las personas sufran los impactos del cambio climático”.

El informe más reciente, publicado en 2023, incluía un atlas interactivo que permitía a los usuarios examinar impactos climáticos a nivel de condado. Concluyó que todas las regiones del país están siendo afectadas de manera distinta por el cambio climático, y que las comunidades indígenas y minoritarias están particularmente expuestas a riesgos.

Ciencia bloqueada, decisiones comprometidas

John Holdren, exasesor científico de Barack Obama y uno de los líderes del proyecto en 2014, contó que gobernadores y alcaldes usaban los informes para tomar decisiones concretas, como elevar carreteras, construir muros de contención o reubicar generadores eléctricos en hospitales.

“Este es un recurso público, financiado por los contribuyentes, que sirve como principal fuente de información para cualquier agencia que quiera prepararse ante los impactos del clima”, declaró Holdren. “Eliminarlo es demoler la infraestructura científica”.

La ley federal de 1990 —conocida como la Global Change Research Act— establece que debe publicarse una evaluación climática cada cuatro años. Sin embargo, en la primavera pasada, la administración Trump canceló el contrato con la firma privada que gestionaba el informe y comunicó a los autores voluntarios que sus servicios ya no eran necesarios.

Además, NOAA (la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) ha redirigido su sitio web principal de cambio climático a una versión más genérica, y ha recortado o eliminado sus blogs y redes sociales sobre impactos climáticos dirigidos al público.

Más útiles que los informes de la ONU

A diferencia de los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU —que aparecen cada seis o siete años y son más globales—, las evaluaciones nacionales de EE. UU. brindan datos detallados y específicos por región, lo que las hace especialmente valiosas para los responsables de políticas públicas.

“Es como conducir por una carretera con curvas mirando solo el espejo retrovisor”, explicó la climatóloga Katharine Hayhoe. “Y ahora están pintando el parabrisas. Justo cuando más necesitamos mirar hacia adelante.”

¿Un acto de censura científica?

Muchos expertos coinciden en que esta decisión no es técnica, sino política. En palabras de Jacobs, es un acto de censura científica que socava el derecho de los ciudadanos y las comunidades a conocer los riesgos que enfrentan.

Aunque copias de los informes anteriores aún existen, “escondidas” en bibliotecas internas de NOAA o con enlaces rotos en repositorios de la NASA, la falta de un portal central y funcional dificulta el acceso público y la planificación climática basada en evidencia.

La ciencia no basta si está silenciada

En tiempos de olas de calor récord, incendios forestales descontrolados y subidas del nivel del mar, quitarle al país su hoja de ruta climática no solo es irresponsable: es peligroso. Mientras comunidades enteras buscan orientación sobre cómo protegerse del futuro, la desaparición de estos informes deja una pregunta urgente en el aire: ¿Quién gana cuando se oculta la verdad sobre el clima?

Crédito fotográfico: Getty Images


To shared