
THE LATIN VOX (08 de Noviembre del 2025).- Por Daniela Medina.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció que ningún representante del gobierno estadounidense asistirá a la cumbre del Group of Twenty (G20) programada para el 22 y 23 de noviembre de 2025 en Johannesburgo, Sudáfrica, citando como razón principal “las continuas violaciones de derechos humanos” que, según él, se cometen contra la minoría de agricultores afrikáneres en dicho país.
La decisión representa un despliegue de tensión diplomática sin precedentes en la historia de la participación de EE.UU. en foros internacionales y podría tener amplias repercusiones en la credibilidad de Washington como líder global en cooperación multilateral.
¿Qué dijo Trump exactamente y cuál es el trasfondo?
En una publicación difundida en su plataforma Truth Social, Trump expresó:
“Es una absoluta vergüenza que la G20 se celebre en Sudáfrica. Los afrikáneres están siendo asesinados y sus tierras confiscadas ilegalmente. Mientras continúen estas violaciones de derechos humanos, ningún funcionario del gobierno de EE.UU. asistirá.”
Entre los puntos clave de su argumento:
- Acusaciones de violencia sistemática contra agricultores blancos (afrikáneres) en Sudáfrica, incluyendo muertes, ataques y expropiaciones.
- Críticas a la elección de Sudáfrica como país anfitrión del G20 por su política de expropiación y por su postura internacional, incluida su demanda contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia.
- Confirmación de que el vicepresidente de EE.UU., JD Vance que inicialmente se esperaba acudiera tampoco asistirá.
- La promesa de que la sede del G20 2026 se celebrará en Miami, EE.UU., uniendo el boicot a Sudáfrica con un intento de reafirmar liderazgo global.
Las autoridades sudafricanas, por su parte, rechazaron las acusaciones y calificaron la postura de EE.UU. como una “retórica sin fundamento” que enturbia el diálogo internacional.
Implicaciones diplomáticas, económicas y estratégicas
Diplomáticas:
- El boicot marca un claro distanciamiento de EE.UU. hacia uno de los principales foros de gobernanza económica mundial, lo que refuerza la percepción de volatilidad en la orientación exterior estadounidense.
- Sudáfrica, que preside el G20 este año, ve minada su autoridad como anfitrión y se expone a un posible aislamiento o al menos a una interrupción del tradicional consenso del foro.
- La decisión también podría afectar regiones de África, Asia y América Latina, donde el G20 sirve como plataforma para conversaciones sobre desarrollo, clima y comercio.
Económicas y comerciales:
- La ausencia estadounidense puede debilitar la agenda de libre comercio, inversión y coordinación económica en la cumbre, lo que abre espacio a China, India y otros actores para ganar influencia.
- La reputación del G20 como foro de coordinación multilateral se ve afectada si un miembro clave se retira, lo que puede generar incertidumbre en mercados, inversiones y regulaciones globales.
Estratégicas y geopolíticas:
- El boicot refuerza la noción de que EE.UU. prioriza un enfoque bilateral o selectivo más que la cooperación multilateral a gran escala, lo que puede acelerar la fragmentación del sistema de gobernanza global.
- Al mismo tiempo, la promesa de organizar el G20 2026 en Miami señala un intento de Washington por recuperar el liderazgo, aunque en un formato que podría ser más centrado en EE.UU. que verdaderamente multilateral.
Factores estructurales detrás de la decisión
- La narrativa sobre los agricultores blancos en Sudáfrica ha sido promovida por elementos del actual gobierno estadounidense, que la han vinculado a la inmigración y a campañas de refugiados para afrikáneres.
- El contexto incluye el aumento de tensiones entre EE.UU. y Sudáfrica por su posición en conflictos internacionales, especialmente en Oriente Medio (la demanda de Sudáfrica contra Israel) y en el marco de la influencia del bloque BRICS.
- En el ámbito de políticas exteriores, la decisión se suma a otros gestos recientes como la retirada de EE.UU. de ciertos foros internacionales o la redefinición de alianzas según intereses nacionales más estrechos.
Escenarios posibles y riesgos asociados
Escenario A – Cambio diplomático limitado pero manejo controlado
EE.UU. mantendría su boicot a la cumbre 2025 pero colaboraría en otros foros paralelos. Sudáfrica y otros países seguirían adelante con la cumbre, reduciendo la participación estadounidense pero sin una ruptura total de la arquitectura del G20.
Escenario B – Fragmentación visible del G20
La ausencia de EE.UU. generaría fisuras más profundas en el foro, permitiendo que otras potencias (China, India, Brasil) incrementen su protagonismo y transformen los ejes de la cooperación internacional.
Escenario C – Repercusiones comerciales y geopolíticas graves
El boicot se extiende a otros ámbitos (finanzas, comercio, defensa) y se inicia una fase de confrontación global más abierta con efectos en cadenas de suministro, acuerdos de clima y alianzas estratégicas.
La decisión del presidente Trump de excluir a los funcionarios estadounidenses del G20 de Sudáfrica es más que un gesto diplomático: es una señal de redefinición del papel de EE.UU. en el mundo. En un momento en que la gobernanza global demanda coordinación, el país da un paso al costado.
Para Sudáfrica y África en general, la ausencia estadounidense representa una pérdida simbólica; para el G20, la eventual erosión de su carácter verdaderamente global. Y para el orden internacional, otro indicio de que estamos en plena fase de reordenamiento —de alianzas, prioridades y geoestrategias.
El mapa global está cambiando, y este boicot puede ser un epígrafe revelador en esa nueva narrativa.
Fuente: /www.tribuneindia.com
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