EE.UU. destruirá anticonceptivos valorados en casi $10 millones en lugar de enviarlos a mujeres en crisis humanitaria

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THE LATIN VOX (19 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En una medida que ha generado indignación global, la administración del presidente Donald Trump decidió destruir anticonceptivos por un valor de $9.7 millones de dólares, en lugar de enviarlos a mujeres en zonas de guerra, campamentos de refugiados y otras regiones vulnerables del mundo.

La decisión, confirmada por un portavoz del Departamento de Estado, costará a los contribuyentes estadounidenses $167,000 adicionales solo en gastos de destrucción, y deja sin acceso a métodos anticonceptivos a miles de mujeres en países como Burkina Faso, Etiopía, Nigeria y Senegal, donde los suministros ya están al borde del agotamiento.

Anticonceptivos incinerados mientras mujeres mueren

Los productos a destruir incluyen dispositivos intrauterinos (DIU) y implantes anticonceptivos de larga duración, cuya vida útil se extiende, en muchos casos, hasta 2027.

Según el Departamento de Estado, la razón de su eliminación radica en la imposibilidad de encontrar compradores “elegibles”, debido a restricciones legales que impiden a EE.UU. enviar ayuda a organizaciones vinculadas con servicios de aborto o defensa del derecho a decidir.

Pero para organizaciones como MSI Reproductive Choices, que opera en casi 40 países, la realidad es más compleja y trágica. Sarah Shaw, directora de incidencia global en MSI, denuncia que intentaron comprar los anticonceptivos, pero el gobierno exigía el precio total de mercado, lo que hacía inviable la operación. «Es ofensivo. Los anticonceptivos serán incinerados cuando hay una necesidad abrumadora. Es asqueroso», dijo Shaw.

Un colapso estructural de la ayuda humanitaria

La destrucción de estos insumos forma parte de lo que expertos describen como una desmantelación sistemática de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Bajo la administración Trump, el “Departamento de Eficiencia Gubernamental” eliminó el 83% de los programas de USAID. Ahora, la agencia será sustituida por una nueva entidad llamada America First, y su fuerza laboral internacional será disuelta.

El impacto de estas decisiones podría ser devastador: un estudio reciente publicado en la revista The Lancet proyecta que los recortes podrían resultar en más de 14 millones de muertes adicionales para 2030, un tercio de ellas en niños.

Shaw lo resume así: “No se trata solo de estantes vacíos. Se trata de potenciales no cumplidos. Una niña que debe abandonar la escuela porque quedó embarazada. Una mujer que recurre a un aborto inseguro y muere. Esa es la verdadera tragedia.”

¿Ineficiencia o ideología?

La polémica se intensifica por el hecho de que los anticonceptivos estaban almacenados en un depósito en Bélgica, según asistentes del Congreso que lo visitaron, y que dos tercios de los productos no tenían marcas de USAID, lo que habría simplificado su distribución sin necesidad de reempaquetado. Sin embargo, el Departamento de Estado argumenta que reetiquetarlos y comercializarlos costaría “millones”.

La senadora demócrata Jeanne Shaheen, junto a su colega Brian Schatz, ha introducido legislación para frenar la destrucción. “Esto es un desperdicio de dinero público y una renuncia total del liderazgo global de EE.UU. en la prevención de embarazos no deseados, abortos inseguros y muertes maternas,” expresó Shaheen.

Más allá de los anticonceptivos: un patrón alarmante

Esta no es la única ayuda destruida. Según The Atlantic, unas 500 toneladas métricas de alimentos de emergencia están por expirar y serán incineradas, en lugar de alimentar a 1.5 millones de niños en Afganistán y Pakistán. Politico también reveló que 800,000 vacunas contra la viruela del mono (Mpox) destinadas a África ya no son utilizables por su fecha de vencimiento.

Además, el Congreso de EE.UU. aprobó el viernes un recorte de $8 mil millones en fondos previamente asignados a la asistencia exterior, lo que augura un deterioro aún más profundo en la respuesta humanitaria global de la potencia norteamericana.

Crédito fotográfico: Aaron Ufumeli/AP


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