THE LATIN VOX (2 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Donald Trump, el presidente electo de los Estados Unidos, sorprendió a muchos al anunciar que planea asistir al funeral del expresidente Jimmy Carter, quien falleció el pasado domingo a los 100 años de edad. La declaración fue hecha el martes, mientras Trump llegaba a una fiesta de Año Nuevo en su club Mar-a-Lago en Florida. Al ser cuestionado sobre su presencia en los actos funerarios, Trump respondió de manera firme: «Estaré allí».
Carter, cuya vida política estuvo marcada por su enfoque en los derechos humanos y la diplomacia internacional, será recordado en ceremonias que comenzarán el 4 de enero en Georgia y concluirán el 9 de enero en Washington. Durante la campaña presidencial de 2024, Trump había sido un crítico feroz de Carter, comparando desfavorablemente la administración de Joe Biden con la de Carter, particularmente debido a la inflación de la década de 1970.
Sin embargo, tras el fallecimiento del expresidente, Trump mostró un tono conciliador y respetuoso. A través de sus redes sociales, destacó que, a pesar de las profundas diferencias filosóficas y políticas que los separaban, Carter «realmente amaba y respetaba a nuestro país y todo lo que representa». Trump reconoció el esfuerzo de Carter por mejorar Estados Unidos, agradeciéndole su arduo trabajo y rindiéndole «el máximo respeto».
El contraste entre las críticas políticas previas y el homenaje posterior refleja la complejidad de las relaciones entre los líderes políticos y cómo, a pesar de las diferencias ideológicas, el respeto hacia aquellos que han ocupado la Casa Blanca sigue siendo un valor central. La presencia de Trump en el funeral de Carter también puede ser vista como un gesto de reconciliación y reconocimiento de la importancia histórica de su figura.
En el mismo evento de Año Nuevo, Trump se detuvo brevemente para responder preguntas sobre temas internacionales, como la guerra entre Israel y Hamas. Aunque no ofreció detalles sobre posibles soluciones, expresó su preocupación por la liberación de los rehenes secuestrados por Hamas. «Mejor que dejen regresar pronto a los rehenes», comentó con seriedad.
Mirando hacia el futuro, Trump se mostró optimista sobre el 2025, asegurando que será un «gran año» para Estados Unidos y que el país logrará «cosas fantásticas». Al ser interrogado sobre sus resoluciones para el nuevo año, el presidente electo deseó lo mejor para todos: «Solo quiero que todos sean felices, saludables y estén bien», afirmó.
Mientras Trump se preparaba para abordar a sus seguidores en Mar-a-Lago, el presidente saliente, Joe Biden, celebraba el Año Nuevo en la boda de su sobrina Missy Owens en Delaware, con la primera dama, Jill Biden. Biden y su esposa interrumpieron su viaje a las Islas Vírgenes de Estados Unidos para asistir a la ceremonia familiar.
El anuncio de Trump y sus reflexiones sobre Carter abren un espacio para la reflexión sobre la transición de poder y el respeto que, más allá de las diferencias políticas, puede existir entre líderes que han dejado una huella significativa en la historia del país.
Crédito fotográfico: Eva Marie Uzcategui/Getty; Scott Cunningham/Getty