EE.UU: El fuego incontrolable de California … destrucción masiva y un costo humano elevado

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THE LATIN VOX (11 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Los incendios forestales continúan devastando el sur de California, cobrando vidas y arrasando miles de estructuras en una de las peores crisis de fuego en la historia reciente del estado. Desde principios de enero, fuertes vientos y la baja humedad han contribuido a la propagación de varios incendios en la zona metropolitana de Los Ángeles, llevando la tragedia a comunidades enteras.

La magnitud de la devastación

Hasta el momento, al menos 11 personas han perdido la vida y más de 10,000 estructuras, incluidas casas, negocios y vehículos, han sido consumidas por las llamas. Las autoridades esperan que el número de víctimas mortales siga aumentando, ya que varios desaparecidos continúan siendo buscados en áreas severamente afectadas, como Altadena y Pacific Palisades.

Las llamas han reducido a escombros los barrios más exclusivos de Los Ángeles, mientras que, en las áreas circundantes, la destrucción es aleatoria, con casas que parecen haber sido arrasadas sin previo aviso, dejando a los residentes completamente impotentes ante la furia del fuego.

En Pacific Palisades, un vecindario caracterizado por sus mansiones y vistas al océano, la situación ha sido descrita como “devastación total”, según Barbara Bruderlin, presidenta de la Cámara de Comercio local.

Los residentes se han visto obligados a abandonar sus hogares mientras las llamas se acercaban rápidamente, y algunos, como Anthony Mitchell, un hombre de 67 años amputado que intentaba refugiarse con su hijo discapacitado, no lograron sobrevivir.

Críticas y falta de preparación

La respuesta ante la emergencia ha sido ampliamente criticada. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, enfrentó duras críticas por su ausencia durante las primeras 24 horas del desastre, ya que se encontraba en Ghana para una delegación oficial.

Además, su administración ha sido acusada de haber recortado fondos para los servicios de bomberos, destinando más recursos al Departamento de Policía de Los Ángeles. La jefa del Departamento de Bomberos, Kristin Crowley, confirmó que los recortes de $17 millones en su presupuesto han dificultado enormemente las labores de extinción.

“La falta de fondos adecuados está afectando nuestra capacidad de respuesta”, afirmó Crowley, mientras los bomberos luchaban por controlar los incendios con recursos limitados. La carencia de agua en los hidrantes de las zonas afectadas ha agravado aún más la situación. Kenneth Mejia, controlador de la ciudad de Los Ángeles, destacó las implicaciones de estos recortes, señalando que los fondos destinados a los bomberos fueron drásticamente reducidos, a la vez que se incrementó el presupuesto policial.

Un clima cada vez más extremo

El calentamiento global sigue siendo uno de los principales factores que alimenta la intensidad de estos incendios. Expertos en climatología han señalado que el cambio climático ha provocado un aumento de fenómenos meteorológicos extremos, entre ellos vientos más fuertes y largos períodos de sequedad. Este cambio está empujando la temporada de incendios a empezar cada vez más temprano y a extenderse más allá de lo habitual, lo que pone en riesgo a miles de personas.

De acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología, los vientos secos seguirán azotando la región hasta el fin de semana, lo que representa un peligro constante para los equipos de emergencia y para los residentes que se han quedado atrás, confiando en la protección de sus viviendas. Los incendios han arrasado ya más de 150,000 acres, un área mayor que la ciudad de San Francisco.

La respuesta ante la tragedia

Aunque las autoridades han logrado contener parcialmente algunos de los incendios más grandes, como el de Palisades, que ha quemado más de 21,300 acres, la situación sigue siendo crítica. En Altadena, donde el fuego también ha destruido cientos de hogares, más de 150,000 personas permanecen bajo órdenes de evacuación.

Mientras tanto, los bomberos continúan luchando contra los focos más pequeños, como el incendio de Kenneth, que ha arrasado con 1,000 acres, aunque en este caso se ha logrado controlar el 50% del fuego.

A pesar de los esfuerzos, la catástrofe sigue su curso. Los equipos de emergencia enfrentan condiciones extremas debido a la falta de lluvias, la escasez de recursos y la elevada demanda en múltiples frentes. Por su parte, las autoridades locales también han tenido que imponer toques de queda y reforzar la seguridad en las zonas de evacuación, tras un aumento de los arrestos por saqueos en las áreas afectadas.

El camino por delante

A medida que los incendios continúan, las autoridades y los residentes luchan contra un enemigo invisible: el clima extremo que parece haber llegado para quedarse. En el futuro, la región de Los Ángeles tendrá que adaptarse a un nuevo paradigma de incendios forestales más frecuentes y destructivos. Con un clima cada vez más impredecible, las inversiones en prevención, recursos de emergencia y en la gestión de los espacios urbanos serán esenciales para mitigar los efectos de estos desastres.

La tragedia de los incendios de California es un recordatorio urgente de la fragilidad de nuestras comunidades frente al cambio climático. Mientras la lucha contra las llamas sigue, las vidas perdidas y las familias desplazadas subrayan la necesidad de un cambio inmediato en la manera en que enfrentamos y gestionamos los desastres naturales.

Crédito fotográfico: AP Photo/Ethan Swope


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