THE LATIN VOX (8 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El magnate Elon Musk ha vuelto a generar controversia al anunciar la reincorporación de Marko Elez, un exmiembro de su autodenominado «departamento de eficiencia gubernamental» (Doge), quien había renunciado tras ser vinculado a una cuenta en redes sociales que promovía posturas racistas.
Una decisión controvertida
Musk informó el viernes a través de su plataforma X que Marko Elez, de 25 años, será reincorporado. La decisión llega después de que una investigación del Wall Street Journal revelara que Elez era el propietario de una cuenta que publicó comentarios racistas y defendía la eugenesia. Uno de los mensajes, publicado en julio pasado, declaraba: «Para que conste, yo era racista antes de que estuviera de moda».
En septiembre, la misma cuenta publicó: «No podrías pagarme para casarme fuera de mi etnia» y, en respuesta a un comentario sobre la presencia de personas de origen indio en Silicon Valley, agregó: «Normalicemos el odio hacia los indios».
Influencia política y respaldo de JD Vance
La decisión de Musk no se tomó sin consultar a los usuarios de X, quienes votaron en una encuesta sobre si Elez debía ser reincorporado. Con un 78% de votos a favor y un 22% en contra de un total de 385,247 votos, Musk decidió traerlo de vuelta.
El vicepresidente JD Vance respaldó a Elez, argumentando que «una actividad estúpida en redes sociales no debería arruinar la vida de un joven». Vance criticó a los periodistas por intentar «destruir a las personas» y pidió que Elez fuera reincorporado a su puesto. Su defensa resulta llamativa dado que su esposa, Usha Vance, es de origen indio, un grupo étnico que fue blanco de comentarios discriminatorios por parte de Elez.
Preocupaciones de seguridad y acceso a datos sensibles
Uno de los aspectos más preocupantes del regreso de Elez es su acceso a un sistema de pagos del gobierno de EE.UU. que contiene datos personales y financieros de millones de ciudadanos. En diciembre, Elez también había hecho comentarios sobre el programa de visas H-1B, afirmando que «el 99% de los indios con H-1B serán reemplazados por modelos de inteligencia artificial más inteligentes, así que regresarán a sus países».
El gobierno de Joe Biden ha mantenido una posición crítica frente a la decisión de Musk. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que Elez había renunciado después de que el Wall Street Journal comenzara a investigar su cuenta en redes sociales. Sin embargo, un tribunal determinó que tanto él como otro miembro de Doge podían seguir accediendo al sistema de pagos, aunque con restricciones para compartir o modificar información.
Musk y su lucha contra el «despilfarro gubernamental»
La unidad Doge, dirigida por Musk, ha sido una pieza clave en su esfuerzo por eliminar lo que considera «desperdicio y corrupción» en los programas de gasto público. Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Doge ha desempeñado un papel fundamental en la disrupción del gobierno federal, incluyendo el cierre de USAid, la agencia de asistencia internacional de EE.UU.
Musk, quien ha expresado opiniones contradictorias sobre la inmigración, ha apoyado el programa de visas H-1B que permite a Tesla y SpaceX contratar ingenieros y trabajadores calificados del extranjero. No obstante, su respaldo a Elez lo pone en conflicto con figuras clave del movimiento «Make America Great Again» (MAGA), incluyendo a Steve Bannon, quien ha sido crítico de las visas para trabajadores extranjeros.
Un futuro incierto
La reincorporación de Elez plantea preguntas sobre la cultura corporativa dentro de las empresas de Musk y sobre cómo los valores y la conducta de sus empleados afectan la reputación de sus compañías. Mientras algunos consideran la decisión un acto de «perdón divino», otros creen que refleja un preocupante nivel de tolerancia hacia el racismo en el entorno laboral de Musk.
A medida que esta historia continúa desarrollándose, el mundo observa cómo la visión de Musk sobre el «perdón» y la «eficiencia gubernamental» impacta tanto a sus empresas como a la política estadounidense.
Crédito fotográfico: Will Oliver/EPA