
THE LATIN VOX (15 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un movimiento que ha generado alarma y controversia, el Departamento de Salud de Louisiana ha anunciado que ya no promoverá la vacunación masiva en el estado, lo que incluye la suspensión de campañas de medios y ferias de salud para fomentar las vacunas contra enfermedades prevenibles.
La directiva, emitida por el cirujano general del estado, el Dr. Ralph Abraham, fue inmediatamente criticada por expertos en salud pública, quienes advierten sobre las graves consecuencias que esta decisión podría tener en las tasas de vacunación y la salud de la población.
Una decisión preocupante en un contexto de crisis sanitaria
En un memo interno, Abraham, quien fue nombrado por el gobernador republicano extremista de Luisiana, Jeff Landry, afirmó que el estado “ya no promoverá la vacunación masiva” y que, aunque se seguirá alentando a los pacientes a discutir los riesgos y beneficios de las vacunas con sus proveedores de salud, la vacunación dejará de ser una prioridad en las campañas públicas.
Esta medida llega en un contexto crítico, ya que Louisiana enfrenta un repunte en los casos de gripe, para la cual existen vacunas estacionales, mientras que el estado vecino, Texas, reportaba casi 50 casos de sarampión, el peor brote de la enfermedad en casi 30 años.
Este giro en la política de salud pública ha desencadenado una oleada de preocupaciones sobre un posible aumento en las enfermedades prevenibles, hospitalizaciones y muertes. El sarampión y la poliomielitis, enfermedades que fueron casi erradicadas gracias a las vacunas, podrían volver a ser una amenaza grave si las tasas de vacunación disminuyen, como se teme que suceda en Luisiana.
Una visión controvertida de la vacunación como «elección personal»
El Dr. Abraham defendió su decisión en una carta publicada en el sitio web del Departamento de Salud, en la que denunció los “mandatos gubernamentales generalizados” para la vacunación y criticó la promoción de las vacunas contra el Covid-19 por parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
En sus declaraciones, Abraham argumentó que el gobierno debe reconocer sus limitaciones en la vida de las personas y apartarse de la práctica de la medicina, posicionando la vacunación como una cuestión de “elección personal”.
Esta postura ha sido considerada por muchos como irresponsable y peligrosa. Jennifer Herricks, fundadora de la organización sin fines de lucro Louisiana Families for Vaccines, calificó la decisión de “infuriating” (frustrante) y subrayó las inexactitudes en los argumentos de Abraham.
Por ejemplo, cuando afirmó que las vacunas contra el Covid-19 no han demostrado reducir la transmisión del virus, lo que es completamente falso según numerosos estudios científicos que demuestran que las vacunas sí disminuyen la propagación del virus.
Consecuencias para la salud pública
La decisión de Abraham plantea serias preocupaciones sobre el impacto en las comunidades más vulnerables de Luisiana, muchas de las cuales dependen de las campañas de vacunación masiva para acceder a las vacunas.
Según una fuente anónima dentro del Departamento de Salud estatal, los residentes “no asegurados y con seguro insuficiente” han confiado en las campañas anuales para vacunar a sus familias contra la gripe y el Covid-19. Sin estas iniciativas, los niveles de morbilidad y mortalidad asociados con enfermedades prevenibles aumentarán, especialmente en las comunidades históricamente desfavorecidas.
La portavoz de salud pública de Louisiana, Jennifer Avegno, directora del Departamento de Salud Municipal de Nueva Orleans, criticó abiertamente la decisión del cirujano general. En una reciente reunión del consejo municipal, Avegno enfatizó que “no hay debate científico sobre esto, las vacunas, especialmente las masivas, y la inmunidad comunitaria salvan millones de vidas”. A pesar de la postura del estado, Nueva Orleans ha indicado que continuará apoyando los esfuerzos de vacunación en la ciudad.
Un debate sobre los derechos y la responsabilidad del gobierno
El giro hacia la «elección personal» sobre las vacunas también ha reavivado el debate en Luisiana sobre los derechos individuales versus las responsabilidades del gobierno. Los defensores del acceso al aborto, por ejemplo, han señalado que el estado promueve una postura contradictoria al respecto, ya que mientras la vacunación se presenta como una decisión personal, Luisiana mantiene una de las prohibiciones más estrictas sobre el aborto, que claramente no se considera una opción personal.
Este enfoque selectivo sobre los derechos individuales ha dividido aún más a la población, entre aquellos que ven la vacunación como una medida necesaria para proteger la salud pública y los que argumentan que el gobierno no debería interferir en las decisiones personales sobre la salud.
El camino a seguir
El futuro de la salud pública en Luisiana ahora parece estar en juego. Si bien el estado continuará proporcionando vacunas, el cambio en la política de promoción activa podría resultar en una disminución de las tasas de vacunación, lo que podría traer consecuencias devastadoras.
A medida que los brotes de enfermedades prevenibles aumentan en los estados vecinos y se registra una disminución en la confianza en las instituciones gubernamentales, el camino hacia la protección de la salud pública en Luisiana será más incierto que nunca.
En última instancia, la decisión de Luisiana podría ser un indicador de una tendencia más amplia en Estados Unidos, donde la polarización política y la desinformación sobre la salud están desafiando los esfuerzos de salud pública y poniendo en riesgo la salud de la población.
Crédito fotográfico: Louisiana Illuminator