
THE LATIN VOX (20 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviez Cruz
Una creciente alarma se ha apoderado del mundo científico y médico en Estados Unidos tras una serie de medidas radicales adoptadas por Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), conocido por su escepticismo hacia las vacunas.
Según expertos, las decisiones ideológicamente motivadas que está tomando la administración Trump no solo están desmantelando décadas de avances en salud pública, sino que también están sembrando desconfianza en la ciencia en un momento crítico.
La preocupación se disparó tras una reciente decisión de la Corte Suprema que otorgó más poder a Kennedy y otros líderes del HHS para implementar despidos masivos y reestructuraciones profundas dentro del organismo.
Esta decisión fue seguida de la cancelación abrupta de una reunión clave del US Preventive Services Task Force, así como la destitución de más de una docena de asesores expertos en vacunas.
Una purga científica sin precedentes
En junio, Kennedy despidió a los 17 miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), un grupo que asesora a los CDC sobre el calendario de vacunación. En su lugar, nombró a un nuevo panel de solo ocho personas, la mitad de las cuales comparten su escepticismo frente a las vacunas.
Esta nueva junta rápidamente revocó la recomendación del uso de vacunas contra la gripe que contienen un ingrediente falsamente vinculado al autismo por grupos antivacunas, provocando el boicot de la Asociación Estadounidense de Pediatría.
“Lo que observamos es un intento claro de socavar la confianza pública en las vacunas”, advirtió el doctor Sean O’Leary, presidente del comité de enfermedades infecciosas de dicha asociación.
La ciencia en la cuerda floja
Celine Gounder, médica y experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de Nueva York, advirtió durante una conferencia en la Escuela de Salud Pública de Harvard: “Estamos viendo una guerra abierta contra la ciencia. Esta administración no solo difunde desinformación médica, sino que además censura activamente el discurso científico.”
El desmantelamiento de instituciones no se detiene ahí. En los Institutos Nacionales de Salud (NIH), decenas de científicos hicieron pública la llamada Declaración de Bethesda, un documento en el que denuncian que los recortes presupuestarios están paralizando funciones esenciales de la principal agencia de investigación médica del país.
Desde que asumió el cargo, Kennedy ha supervisado la eliminación de más de 10.000 puestos de trabajo, una medida que, según sus propias palabras, busca “reducir la burocracia y reorientar la agencia hacia el combate contra las enfermedades crónicas”. No obstante, expertos advierten que el impacto real es una pérdida masiva de talento, investigación científica y capacidad de respuesta ante crisis sanitarias.
Un revés judicial y una batalla en el Congreso
La situación llegó a los tribunales. Un juez federal en Rhode Island emitió en julio una orden temporal para frenar parte de la reestructuración del HHS, tras una demanda interpuesta por 19 fiscales generales demócratas y el Distrito de Columbia. La denuncia califica las acciones de Kennedy como un “desmantelamiento inconstitucional e ilegal” de la agencia.
El Congreso también ha reaccionado. El representante Jamie Raskin lideró una carta enviada a Kennedy exigiendo la reincorporación de los trabajadores despedidos y denunciando el “desprecio total” por la autoridad legislativa del Congreso. “Trump quiere ser el ejecutor y el legislador al mismo tiempo. Pero no es su función. Es completamente inconstitucional”, declaró Raskin.
Un legado en peligro
Los expertos coinciden: las consecuencias de esta ofensiva contra la ciencia no se sentirán solo en el presente. “Los recortes en el NIH nunca han sido ideológicos. Ahora, claramente lo son. Esto va a afectar gravemente el futuro de la atención médica en nuestro país”, concluyó O’Leary.
Con un repunte de enfermedades como el sarampión, que ha alcanzado niveles no vistos desde el año 2000, la ciencia parece haber perdido terreno frente a la política. La comunidad internacional observa con inquietud cómo uno de los pilares del sistema de salud pública más influyente del mundo atraviesa una de sus peores crisis internas en décadas.
Crédito fotográfico: NBC News