
THE LATIN VOX (4 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos que permite a los padres optar por excluir a sus hijos de clases que incluyan libros con temática LGBTQ+ ha encendido un intenso debate sobre la censura, la libertad de expresión y el futuro de la educación pública en el país.
El fallo, con una votación de 6 a 3 a favor de un grupo de padres musulmanes, cristianos y católicos del condado de Montgomery, Maryland, establece que pueden abstener a sus hijos de participar en lecciones con contenidos que consideren contrarios a sus creencias religiosas. Aunque para sus defensores esto representa una victoria para la libertad religiosa, críticos del fallo advierten que podría abrir la puerta a una censura sistemática en las aulas.
“Censura acelerada”
“Los libros con contenido LGBTQ+ son solo el comienzo”, advirtió Sabrina Baêta, integrante senior de PEN America, una organización que promueve la libertad de expresión. “Este tipo de decisiones allanan el camino para eliminar de las aulas cualquier contenido considerado ‘controversial’, desde derechos civiles hasta historia afroamericana”.
Un informe reciente de PEN America señala que muchos maestros ya están evitando libros o temas que requieren consentimiento de los padres por miedo a repercusiones legales o administrativas, afectando así la educación de millones de estudiantes.
Implicaciones para el sistema educativo
Más allá del contenido LGBTQ+, el fallo podría tener repercusiones en materias como ciencias e historia. Lecciones sobre reproducción humana, igualdad de género o derechos civiles podrían ser objeto de objeción por parte de padres que consideren esos temas inadecuados bajo sus creencias religiosas.
Justin Driver, profesor de Derecho en Yale y experto en legislación educativa, advirtió que el fallo “abre la caja de Pandora en miles de aulas del país”. Para Driver, permitir que los padres tengan poder de veto sobre contenidos curriculares representa una amenaza al principio de control local de la educación pública. “El sistema educativo estadounidense será mucho más pobre por ello”, concluyó.
Una comunidad bajo presión
Para personas como Kiernan, un joven trans de 24 años de Colorado, la decisión es parte de un patrón doloroso y constante. “Primero fueron los baños, luego los libros. Ahora, otra vez se ataca nuestra existencia desde el sistema educativo”, explicó.
Kiernan, quien comenzó su transición en 2016, denuncia el uso político de la comunidad LGBTQ+. “Estas leyes no protegen a los niños, son una estrategia política disfrazada de moral religiosa. Solo queremos vivir, aprender, y ser aceptados como cualquier otra persona”.
Una decisión dividida
La opinión mayoritaria fue escrita por el juez Samuel Alito, quien afirmó que “el gobierno no puede interferir sustancialmente con la formación religiosa de los hijos”. Las juezas liberales Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson votaron en contra, alertando sobre los peligros de permitir exclusiones basadas en creencias individuales dentro de un sistema público que debería ser inclusivo.
La sentencia complica el panorama para directores y docentes, quienes deberán navegar un laberinto legal para determinar qué contenidos son aceptables. Las escuelas, advierten expertos, podrían terminar autocensurándose para evitar controversias.
Un precedente preocupante
Durante el año escolar 2022-2023, el distrito escolar del condado de Montgomery permitió temporalmente las “exclusiones”, pero revocó esa decisión por la cantidad creciente de solicitudes y el impacto negativo en el ambiente educativo. Según un funcionario del distrito, permitir que unos estudiantes abandonaran el aula durante ciertas lecturas creaba “estigmatización social e incluso aislamiento”.
Para AJ Connelly, escritora de PEN America, el fallo no es una victoria para la diversidad religiosa, sino una amenaza directa a la visibilidad LGBTQ+. “Este tipo de políticas equivalen a borrar a toda una comunidad de los libros escolares”, escribió en un reciente informe. “No es difícil imaginar que otros grupos también sean pronto considerados ‘innombrables’”.
Una lucha que continúa
Mientras se intensifican los llamados a la protección de los derechos educativos de estudiantes LGBTQ+ en EE. UU., este fallo marca un punto de inflexión. La tensión entre libertad religiosa y libertad de expresión vuelve a encenderse, y el sistema educativo estadounidense, ya polarizado, enfrenta un futuro cada vez más incierto.
En palabras del propio Kiernan: “Solo queremos aprender y vivir en paz. No deberíamos tener que luchar cada día para existir en los libros que también forman parte de nuestra historia”.
Crédito fotográfico: Getty Images