
THE LATIN VOX (18 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La segunda toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos se perfila como una de las más costosas y ostentosas de la historia reciente, con el comité inaugural del presidente-electo habiendo recaudado una cifra récord de $170 millones para financiar los diversos eventos que marcarán su regreso a la Casa Blanca.
Se espera que esta cantidad, aún en aumento, llegue a los $200 millones para el día de la inauguración, superando ampliamente los $106 millones recaudados para su primera inauguración en 2017, que en su momento también fue una cifra récord.
Este impresionante monto de dinero, que se destinará a bailes, recepciones, desfiles, cenas y otros eventos relacionados con la ceremonia de toma de posesión, ha generado controversia y preguntas sobre cómo se manejan las donaciones, quién las realiza y qué reglas las rigen.
¿Cómo funcionan las donaciones para la inauguración?
Las regulaciones sobre la recaudación de fondos para inauguraciones presidenciales están bajo la supervisión de la Comisión Federal de Elecciones (FEC, por sus siglas en inglés), de acuerdo con la ley 36, sección 510 del código de EE.UU.
Esta legislación establece que el comité debe presentar un informe a la FEC dentro de los 90 días posteriores a la inauguración, detallando todas las donaciones de $200 o más, incluyendo el monto, la fecha y la identidad del donante.
A pesar de estas reglas, la ley no establece límites sobre la cantidad de dinero que puede ser donada ni exige una justificación detallada de cómo se utilizarán los fondos. Esto ha provocado preocupaciones sobre la falta de transparencia y el uso potencial de estas contribuciones para fines poco claros.
Acceso privilegiado y la «élite» donante
Una de las características más llamativas de las donaciones a la inauguración de Trump es la creación de un sistema de acceso exclusivo. Aquellos que donen $1 millón o más tienen la posibilidad de obtener acceso cercano al presidente electo y a su equipo.
Sin embargo, el comité ha advertido que no podrá garantizar a todos los grandes donantes que recibirán el acceso prometido, dado que la cantidad de millonarios dispuestos a hacer este tipo de contribuciones ha sido tan grande que se ha vuelto complicado cumplir con todas las expectativas.
Lo más curioso es que el comité inaugural no tiene restricciones legales sobre la recepción de fondos de corporaciones y organizaciones laborales, lo que ha llevado a una oleada de donaciones millonarias, especialmente de figuras destacadas de Silicon Valley y otros sectores tecnológicos.
Estas contribuciones reflejan el interés de los magnates tecnológicos por mantener una buena relación con el presidente, aprovechando su regreso a la Casa Blanca para asegurar una mayor influencia en las políticas públicas.
Prohibición de donaciones extranjeras
Aunque no existen restricciones sobre el monto de las donaciones, la ley prohíbe que ciudadanos extranjeros hagan contribuciones al comité inaugural, como establece la Ley de Campañas Electorales Federales de 1971.
Esta medida busca evitar la intervención externa en la política estadounidense, asegurando que solo los ciudadanos y entidades estadounidenses puedan participar directamente en el financiamiento de los eventos inaugurales.
La falta de transparencia y los intentos de regulación
Una de las críticas más fuertes a la recaudación de fondos para la inauguración de Trump ha sido la falta de transparencia en el uso de las donaciones. A pesar de que el comité está obligado a rendir cuentas a la FEC sobre los fondos recibidos, no se exige un desglose detallado de cómo se gasta el dinero. Este vacío de información ha sido un tema recurrente de preocupación para los demócratas en el Congreso.
Catherine Cortez Masto, senadora demócrata de Nevada, ha reintroducido un proyecto de ley conocido como «Inaugural Committee Transparency Act», que busca aumentar los requisitos de transparencia y supervisión sobre las donaciones.
La propuesta exige que los comités inaugurales divulguen el nombre y la dirección de todos los donantes que hayan contribuido con $200 o más y que rindan cuentas sobre los gastos realizados. Además, el proyecto de ley plantea que cualquier fondo no utilizado sea donado a una organización benéfica registrada en un plazo de 90 días después de la inauguración.
El papel del gobierno federal y los fondos públicos
Aunque gran parte de los fondos para los eventos inaugurales provienen de donaciones privadas, algunas ceremonias importantes, como la jura del presidente en el Capitolio de EE.UU., son financiadas con fondos públicos.
El comité conjunto del Congreso para las ceremonias inaugurales, establecido por una resolución del Congreso cada cuatro años, financia la ceremonia de juramento y el almuerzo congresional del día de la inauguración.
Las donaciones al comité inaugural de Donald Trump no solo reflejan el magnético atractivo de su regreso a la política estadounidense, sino también las complejas interacciones entre el dinero, el poder y la política. Si bien las donaciones millonarias pueden facilitar el acceso a la Casa Blanca, la falta de transparencia en cómo se utilizan estos fondos plantea serias preguntas sobre el equilibrio entre los intereses privados y el servicio público.
Mientras tanto, la presión sobre la regulación y la supervisión de estos fondos sigue creciendo, ya que muchos ciudadanos exigen un mayor control sobre el uso de sus contribuciones para eventos que celebran el poder y la democracia en Estados Unidos.
Crédito fotográfico: CNBC News