THE LATIN VOX (22 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Estados Unidos se encuentra en el epicentro de una nueva escalada en su política migratoria. Tom Homan, el llamado “zar de la frontera” del presidente Donald Trump, ha anunciado que “inundará las zonas” con agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en una ofensiva directa contra las llamadas ciudades santuario, tras un violento episodio ocurrido en Nueva York.
La medida se produce tras el tiroteo de un agente federal fuera de servicio, presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado con antecedentes penales. El hecho ha sido utilizado por altos funcionarios del Partido Republicano para intensificar su retórica contra las jurisdicciones que se niegan a colaborar con ICE.
Nueva ofensiva en marcha
“El presidente Trump no va a tolerar más estas ciudades santuario, que son verdaderos refugios para criminales,” dijo Homan en una conferencia de prensa junto a Kristi Noem, actual secretaria de Seguridad Nacional en la administración Trump. “Vamos a inundar las calles. Si no podemos arrestar al delincuente en la cárcel, lo haremos en la comunidad. Y si está con otros indocumentados, ellos también serán detenidos.”
Según Homan, el caso del agente herido —quien recibió disparos en la cara y el brazo durante un presunto intento de robo— es una prueba irrefutable de que las políticas de ciudades como Nueva York están poniendo en peligro la seguridad pública. “Cada ciudad santuario es una ciudad insegura,” afirmó.
El principal sospechoso del tiroteo, Miguel Francisco Mora Núñez, originario de República Dominicana, fue arrestado tras acudir herido a un hospital del Bronx. Homan y Noem destacaron que Núñez había sido arrestado cuatro veces desde su entrada ilegal al país en 2023, pero que fue liberado por las autoridades locales.
Choque político con alcaldes demócratas
La alcaldía de Nueva York, liderada por el demócrata Eric Adams, fue blanco de duras críticas. Noem responsabilizó directamente al gobierno local por el incidente, acusando a Adams y al concejo de poner en peligro a la ciudadanía al “negarse a cooperar con las autoridades federales”.
“No se equivoquen. Este agente está hospitalizado luchando por su vida debido a las decisiones de los líderes de esta ciudad,” declaró Noem, en referencia a lo que calificó como un “fracaso de seguridad pública”.
El discurso de Noem se extendió a otras ciudades con políticas similares, incluyendo Chicago, Boston y Los Ángeles. “Los alcaldes están protegiendo criminales y sacrificando a los ciudadanos respetuosos de la ley,” dijo, mientras citaba ejemplos de violencia y caos supuestamente vinculados a la presencia de inmigrantes indocumentados.
Debate nacional sobre migración y justicia
La política de ciudades santuario ha sido durante años una piedra angular del enfrentamiento entre gobiernos locales progresistas y administraciones federales de línea dura. Estas jurisdicciones, que se niegan a entregar inmigrantes a ICE sin una orden judicial, sostienen que tal cooperación erosiona la confianza comunitaria y pone en peligro la seguridad general al dificultar la denuncia de crímenes por parte de inmigrantes.
Pero figuras como Homan y Noem insisten en que estas políticas permiten que delincuentes peligrosos evadan la justicia. Homan citó cifras para respaldar su posición: “De los 130,000 arrestos recientes, 90,000 eran criminales. Eso es el 70%. Además, muchos tienen órdenes finales de deportación.”
También advirtió sobre amenazas a la seguridad nacional, señalando que “varios cientos de ciudadanos iraníes con potencial riesgo para la seguridad han sido detenidos”, incluso sin condenas previas.
Un país dividido
Las declaraciones de Homan y Noem reflejan el giro cada vez más radical de la política migratoria en un año electoral. Mientras Trump y sus aliados intensifican su narrativa sobre crimen y desorden vinculados a la migración, defensores de derechos humanos y juristas advierten que estas acciones pueden derivar en violaciones de derechos civiles, perfilamiento racial y ruptura del tejido comunitario.
Lo que parece claro es que el tema migratorio volverá a ser uno de los principales ejes de confrontación política en Estados Unidos. Y en el centro del debate, miles de comunidades, ciudadanos e inmigrantes vivirán, una vez más, las consecuencias de políticas diseñadas no solo desde el Capitolio, sino también desde las trincheras ideológicas de una nación en disputa.
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