EE.UU: Jurado ordena a Tesla pagar más de 200 millones de dólares por un accidente mortal con Autopilot

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THE LATIN VOX (2 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Un jurado federal en Florida ha asestado un duro golpe a Tesla al ordenar a la empresa de Elon Musk pagar más de 200 millones de dólares en un caso relacionado con su tecnología de asistencia al conductor, Autopilot.

El veredicto marca un hito en la creciente controversia sobre los vehículos autónomos y podría abrir la puerta a una avalancha de demandas contra la compañía.

El caso, que gira en torno a un trágico accidente ocurrido en 2019, concluyó este viernes con la histórica decisión del jurado, que encontró a Tesla parcialmente responsable de la muerte de Benavides León, una joven de 22 años, y de las lesiones graves sufridas por su novio, Angulo, cuando su vehículo fue embestido violentamente por un Tesla Model S que viajaba a más de 100 km/h.

Autopilot, ¿piloto automático o falsa promesa?

Tesla fue hallada responsable del 33% de la culpa por el accidente, mientras que el resto recayó sobre el conductor del vehículo, George Brian McGee, quien admitió haber estado distraído por su teléfono móvil en el momento del impacto.

McGee declaró ante el tribunal: «Confié demasiado en la tecnología. Creí que si el coche veía algo delante, advertiría o frenaría automáticamente.”

Los abogados de los demandantes argumentaron que Tesla había exagerado las capacidades del Autopilot, generando una peligrosa falsa sensación de seguridad. «El coche que afirmaban haber inventado no existía. Sabían desde el principio que el Autopilot era defectuoso,» dijo el abogado Brett Schreiber en su alegato final.

El jurado impuso 129 millones de dólares en daños compensatorios (de los cuales Tesla debe pagar alrededor de 42.5 millones) y 200 millones en daños punitivos, una cifra que podría ser revisada en apelación, pero que refleja la gravedad con la que se valoró la conducta de la empresa.

¿Encubrimiento de pruebas?

Uno de los elementos más inquietantes del juicio fue la acusación de que Tesla ocultó o perdió datos clave del momento del accidente, incluyendo registros y grabaciones.

Los abogados de la familia de la víctima contrataron a un experto forense en datos, quien logró recuperar la información que, según ellos, Tesla afirmaba no tener. Al verse confrontada con la evidencia, la compañía alegó un “error” administrativo.

Tesla ha sido previamente señalada por otros familiares de víctimas por dificultar el acceso a información crítica tras accidentes. En esta ocasión, el jurado pareció inclinarse por la versión de los demandantes, considerando que la compañía actuó de manera irresponsable.

Golpe a la imagen y los planes de futuro

Este fallo no solo representa un revés financiero, sino también reputacional para Tesla. Llega en un momento clave, justo cuando Elon Musk impulsa con fuerza su ambicioso proyecto de lanzar un servicio de Robotaxi –autos sin conductor humano– en varias ciudades estadounidenses.

Musk ha prometido que este servicio estará disponible para “la mitad de la población de EE. UU.” antes de que termine el año, con pruebas piloto ya en marcha en Austin y San Francisco. Sin embargo, tras este veredicto, el escepticismo público y regulatorio podría crecer exponencialmente.

Tesla respondió que apelará el fallo, calificándolo como “equivocado” y advirtiendo que podría obstaculizar los avances en seguridad vial y retrasar la adopción de tecnologías que, según la empresa, salvan vidas. “Para ser claros, ningún coche en 2019 —ni hoy— habría evitado este accidente,” afirmó Tesla en su comunicado.

Una señal para la industria

Más allá del caso Tesla, el fallo representa un aviso serio para toda la industria automotriz, que avanza rápidamente hacia la automatización de la conducción. Fabricantes de todo el mundo observaron de cerca este proceso judicial, conscientes de que el resultado podría establecer un precedente.

Como explicó el abogado especializado en accidentes de tráfico, Miguel Custodio, al Associated Press: «Esto abrirá las compuertas. Va a animar a muchas personas a llevar sus casos a juicio.»

Y mientras el debate sobre la responsabilidad entre humanos y máquinas se intensifica, el caso deja una huella imborrable en la vida de quienes lo protagonizaron.

Angulo, que aún camina con dificultad y sufre secuelas neurológicas, acudió a la audiencia final con una cojín especial para sentarse, símbolo silencioso de una tragedia que ni la tecnología más avanzada ha sabido evitar.

Crédito fotográfico: Free Logo Design


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