
THE LATIN VOX (16 de octubre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Por décima vez consecutiva, el Senado de Estados Unidos fracasó este jueves en su intento por reabrir el gobierno federal, prolongando un cierre que ya afecta a cientos de miles de trabajadores públicos y amenaza con extenderse hasta bien entrado noviembre.
El intento más reciente de aprobar un proyecto de financiación temporal, impulsado por los republicanos, obtuvo solo 51 votos —muy por debajo de los 60 necesarios— y fue rápidamente seguido por otro revés: la negativa a aprobar un paquete de fondos de defensa de 852.000 millones de dólares.
Esa segunda derrota deja en suspenso los pagos y operaciones del Pentágono, profundizando el caos político en Washington.
“Ni siquiera votaré por el proyecto de defensa, aunque sea mío”, admitió con frustración el senador demócrata Chris Coons, uno de los autores del texto, al salir del hemiciclo. Su declaración resume el clima enrarecido que domina el Congreso: una mezcla de fatiga, incredulidad y parálisis institucional.
Divisiones que traspasan las líneas partidistas
Solo tres senadores demócratas —Jeanne Shaheen, John Fetterman y Catherine Cortez Masto— rompieron filas para apoyar la medida republicana. El resto del bloque, liderado por Chuck Schumer, se mantuvo firme en exigir garantías concretas sobre la extensión de los subsidios al sistema de salud conocido como Affordable Care Act (ACA), el pilar sanitario aprobado durante la presidencia de Barack Obama.
El líder de la mayoría republicana, John Thune, ofreció a los demócratas una promesa: permitir una votación futura sobre el tema si aceptaban reabrir el gobierno. Pero la propuesta fue rechazada con desdén por figuras progresistas como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez.
“Yo no acepto promesas vacías ni apretones de meñique”, dijo la congresista neoyorquina en un foro televisado de CNN. “Lo que no vamos a permitir es que las primas del ACA se disparen para millones de familias estadounidenses”.
Sanders, por su parte, ironizó sobre las garantías del presidente Donald Trump: “Oh, claro, sin duda, porque el presidente es un hombre muy honesto”, comentó entre risas.
Una crisis con rostro humano
Mientras los líderes intercambian acusaciones, el cierre gubernamental ya deja huellas tangibles. Miles de empleados federales llevan semanas sin cobrar. En el mismo foro televisivo, un trabajador con cuatro hijos preguntó cómo alimentar a su familia; otra mujer relató que estaba a punto de perder su vivienda porque su préstamo hipotecario, respaldado por el gobierno, quedó congelado.
Ocasio-Cortez intentó transmitir esperanza, pero sin ceder en su postura: “Mi deseo es resolver esto lo antes posible, pero no a costa del pueblo estadounidense”.
El juego de culpas
Desde la Casa Blanca, la respuesta fue furiosa. En un comunicado, calificó el foro de CNN como un “circo” y acusó a los demócratas de “cerrar deliberadamente el gobierno para imponer su agenda socialista”.
Mientras tanto, en la Cámara de Representantes, el presidente republicano Mike Johnson mantiene el pleno cerrado desde hace cuatro semanas, bajo el argumento de que volver a sesionar aliviaría la presión sobre los demócratas del Senado. Johnson y el líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries, han prometido enfrentarse en un debate televisado por C-SPAN, aunque aún no se fija fecha.
Sin horizonte claro
Thune reconoció que la crisis podría prolongarse “hasta el Día de Acción de Gracias”. “Espero que no lleguemos a eso”, dijo, sin descartar del todo el escenario.
Por ahora, los senadores abandonan Washington para el fin de semana, dejando un gobierno cerrado, a miles de familias en vilo y a un país que observa con creciente escepticismo cómo su clase política tropieza una y otra vez con la misma piedra.
Fuente: The Guardian (UK)
Crédito fotográfico: The Hill