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THE LATIN VOX (23 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El día después del anuncio de Stargate, el ambicioso proyecto de inteligencia artificial (IA) de $500,000 millones presentado por el presidente Donald Trump, las tensiones entre algunos de los mayores magnates tecnológicos del mundo alcanzaron un punto álgido.
Elon Musk, Sam Altman y Satya Nadella, figuras clave de Tesla, OpenAI y Microsoft, no perdieron la oportunidad de lanzarse ataques verbales, cada uno defendiendo sus propios intereses mientras criticaban a sus rivales en un escenario de enormes inversiones tecnológicas.
Un proyecto colosal, pero controversial
El martes, Trump presentó Stargate, un proyecto que será financiado por un consorcio de gigantes tecnológicos, incluyendo OpenAI, Oracle y Softbank. El presidente estuvo acompañado por Sam Altman, Larry Ellison y Masayoshi Son, los líderes de estas compañías, quienes se perfilan como los principales patrocinadores del proyecto.
Son, en particular, ha sido designado para presidir la iniciativa, que tiene como objetivo construir infraestructuras esenciales para el desarrollo de IA, incluyendo centros de datos y capacidad de computación avanzada.
Sin embargo, mientras la inversión anunciada parecía impresionante, algunos expertos ya habían indicado que el costo de desarrollar la IA podría llegar a ser de tal magnitud. Lo que sorprendió aún más a los observadores fue la ausencia de Elon Musk en la ceremonia, quien se ha mostrado públicamente crítico con el proyecto, a pesar de su cercanía con Trump y su papel como uno de los mayores beneficiarios de las inversiones tecnológicas en el país.
Musk ataca: «Una farra financiera»
La ausencia de Musk en la presentación no fue casualidad. Apenas unas horas después de que OpenAI anunciara que comenzaría a desplegar inmediatamente $100,000 millones para Stargate, Musk descalificó el proyecto, llamándolo «una farsa financiera». En un intercambio tuitero en X, la red social de Musk, el CEO de Tesla y SpaceX afirmó que OpenAI «no tiene realmente el dinero» y que SoftBank, uno de los principales inversores, tiene menos de $10,000 millones asegurados.
Con una fortuna estimada en $430,000 millones, Musk no ha sido de los más callados en las últimas semanas. Su actitud hacia Stargate refleja un desdén por el proyecto y una confrontación directa con Altman, su antiguo socio en OpenAI.
Musk cofundó la empresa en 2015, pero se distanció de Altman después de que OpenAI anunciara su transición hacia un modelo de negocio con fines de lucro, lo que originó una amarga disputa legal entre ambos.
Altman responde, Nadella opta por la diplomacia
Sam Altman, por su parte, intentó calmar las aguas en un primer momento, elogiando públicamente a Musk como «el emprendedor más inspirador de nuestro tiempo». Sin embargo, las tensiones aumentaron rápidamente.
En respuesta a las críticas de Musk sobre SoftBank, Altman escribió en tono desafiante: «Eso es incorrecto, como seguramente sabes. ¿Quieres venir a visitar el primer sitio que ya está en marcha? Esto es genial para el país, aunque entiendo que lo que es bueno para el país no siempre es lo más óptimo para tus empresas. Pero en tu nuevo rol, espero que pongas a EE. UU. primero».
Mientras tanto, Satya Nadella, el CEO de Microsoft, adoptó una postura más diplomática durante una entrevista con CNBC. Cuando se le preguntó sobre la disputa, Nadella simplemente comentó: «Lo único que sé es que yo cumpliré con mis $80,000 millones. Los voy a gastar en construir Azure», refiriéndose al producto de computación en la nube de su compañía.
A diferencia de Musk y Altman, Nadella no estuvo presente en la ceremonia de inauguración de Trump el lunes, aunque su compañía sí donó $1 millón al comité inaugural.
Un enfrentamiento con raíces más profundas
El conflicto entre Musk y Altman no es nuevo. La relación entre los dos fue siempre tensa desde la cofundación de OpenAI en 2015, pero la ruptura definitiva llegó cuando Musk dejó la empresa en 2018, después de desacuerdos sobre el modelo de negocio de OpenAI.
En marzo de 2024, Musk demandó a OpenAI por su transición a una organización con fines de lucro, pero luego retiró la demanda en julio, solo para volver a demandar a la compañía en agosto, acusándola de un «engaño de proporciones shakesperianas».
A pesar de las tensiones entre los protagonistas de este drama tecnológico, Ellison y Son, los otros dos líderes clave de Stargate, aún no han emitido comentarios sobre la disputa pública.
Un proyecto de IA que divide a la industria
La disputa sobre Stargate refleja una lucha más amplia en la industria tecnológica por el control y la influencia sobre el futuro de la inteligencia artificial. Si bien Musk, Altman y Nadella están alineados en el sentido de que la IA tiene un potencial transformador, sus diferencias sobre cómo desarrollarla y quién debe tener el control subrayan las tensiones inherentes a la tecnología de vanguardia.
El desenlace de esta controversia podría tener implicaciones significativas no solo para la industria tecnológica, sino también para la política económica y tecnológica de EE. UU. A medida que Trump avanza con su agenda de inversión en IA, las rivalidades dentro del sector podrían hacer que el proyecto Stargate se convierta en un campo de batalla no solo por el futuro de la inteligencia artificial, sino también por el liderazgo en la nueva era digital.
Crédito fotográfico: LinkedIn