
THE LATIN VOX (1 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
En un momento de creciente incertidumbre geopolítica, Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, inicia esta semana una histórica gira por Centroamérica que abarca cinco países: Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y la República Dominicana.
Esta será la primera visita oficial de un secretario de Estado a la región en más de un siglo, y se centra en tres temas clave: la migración hacia Estados Unidos, la influencia creciente de China en la región y el control del Canal de Panamá.
Un viaje con un propósito claro
El viaje de Rubio tiene como objetivo abordar de manera urgente las presiones migratorias hacia Estados Unidos, cuyo flujo ha generado tensiones tanto dentro como fuera del país. En 2024, Panamá reportó que aproximadamente 300,000 migrantes atravesaron la peligrosa selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, lo que representa una disminución significativa respecto al año anterior.
El gobierno panameño ha estado lidiando con el creciente número de migrantes que intentan cruzar hacia el norte, y Rubio busca colaborar con los países de la región para gestionar mejor este fenómeno.
Rubio también tiene en su agenda una cuestión que ha tomado relevancia desde los primeros días de la administración de Trump: el futuro del Canal de Panamá. Durante su discurso inaugural, Trump afirmó que su gobierno «recuperaría» el control del Canal, una declaración que generó preocupación en la región.
Rubio, quien visitará Panamá y se reunirá con el presidente José Raúl Mulino, dejó claro que la prioridad de Estados Unidos será evitar que potencias extranjeras, especialmente China, ejerzan influencia sobre este punto estratégico.
Panamá, consciente de las tensiones, ha comenzado una auditoría de varios puertos del canal, que son operados por una empresa china, pero ha dejado claro que la soberanía del Canal sigue siendo una cuestión sellada, tal como lo indicó Mulino.
Enfrentando la creciente influencia de China
Durante su gira, Rubio también se enfocará en contrarrestar el creciente poder de China en la región. China ha emergido como el principal socio comercial de América del Sur y está expandiendo su influencia mediante la Iniciativa de la Franja y la Ruta, un plan de infraestructura global que incluye a varios países centroamericanos.
Según Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Estados Unidos para América Latina, este viaje es un «replanteamiento de la era dorada de las Américas», que pretende reafirmar la presencia de Estados Unidos en la región y contrarrestar la expansión de Beijing.
La preocupación sobre la influencia de China no es infundada. A medida que Pekín extiende su red económica y diplomática en América Latina, muchos temen que la región se convierta en un campo de batalla entre las dos superpotencias.
Rubio ha declarado que Estados Unidos no permitirá que China obtenga un control estratégico en el hemisferio occidental, subrayando la importancia de que América Latina mantenga lazos más estrechos con Washington.
El caso de El Salvador y la seguridad regional
Una de las paradas más destacadas del viaje será en El Salvador, donde Rubio se reunirá con el presidente Nayib Bukele, conocido por su enfoque en la seguridad y el combate a las pandillas. Bajo el mandato de Bukele, El Salvador ha logrado una reducción significativa en los índices de criminalidad, pasando de ser uno de los países más violentos del mundo a convertirse en uno de los más seguros de América Latina.
Este giro drástico en la política de seguridad ha sido admirado por muchos, pero también ha generado críticas por las medidas autoritarias implementadas por el gobierno de Bukele.
Rubio, junto a Claver-Carone, elogió las medidas de Bukele, destacando su efectividad en la lucha contra la violencia y su alianza en temas de migración. A pesar de las controversias internas, Bukele sigue siendo un aliado importante para Estados Unidos en la región, especialmente en lo que respecta a la contención de la migración.
Un viaje histórico con implicaciones para el futuro de las Américas
La gira de Rubio a Centroamérica no solo refleja una apuesta por reforzar las relaciones con los países de la región, sino también un esfuerzo por reafirmar la influencia de Estados Unidos frente a China y otros actores globales. Este viaje, que tiene lugar a solo días del inicio de la administración de Trump, promete marcar el tono de la política exterior de Estados Unidos en América Latina durante los próximos años.
El desafío para Rubio y la administración Trump será encontrar un equilibrio entre las demandas de la región, las preocupaciones sobre la migración y la necesidad de mantener un control estratégico sobre recursos como el Canal de Panamá.
A medida que las tensiones geopolíticas continúan, la visita de Rubio subraya el compromiso de Washington de mantener su liderazgo en el hemisferio occidental, en un contexto donde las alianzas regionales serán cruciales para enfrentar los retos globales del siglo XXI.
Crédito fotográfico: Financial Times (UK)