THE LATIN VOX (5 de septiembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, dejó atrás su conocida campaña “Be Best” contra el acoso escolar para presentar una nueva cruzada: la integración de la inteligencia artificial (IA) en la educación.
En un acto celebrado en el Ala Este de la Casa Blanca, acompañado de ejecutivos de las principales tecnológicas del mundo, inauguró un grupo de trabajo dentro de la iniciativa presidencial denominada “AI Challenge”.
“Vivimos en un mundo de maravillas. Los robots ya están aquí. Nuestro futuro ya no es ciencia ficción”, afirmó Melania Trump, rodeada de banderas estadounidenses y candelabros dorados, en un discurso donde exaltó las virtudes de la IA sin mencionar los riesgos asociados.
Los gigantes tecnológicos, en primera fila
Entre los asistentes destacaron Sundar Pichai (Google), Arvind Krishna (IBM) y Sam Altman (OpenAI), además de secretarios de Estado y responsables de innovación del gobierno.
Pichai agradeció la iniciativa, asegurando que Google trabaja por un futuro en el que “cada estudiante pueda aprender cualquier cosa en el mundo”. Krishna, por su parte, anunció que IBM formará en habilidades de IA a dos millones de trabajadores en Estados Unidos.
El presidente de Code.org, Cameron Wilson, prometió acercar la inteligencia artificial a 25 millones de estudiantes con el objetivo de “transformar el sistema educativo para que los jóvenes prosperen en la era de la IA”.
Según la Casa Blanca, más de 135 compañías, entre ellas Microsoft y Amazon, se han comprometido con programas de capacitación y acceso a herramientas digitales para escuelas.
Críticas y advertencias
La visión optimista de la primera dama contrastó con la ola de críticas que acompañó al evento. Varias organizaciones denunciaron que la Casa Blanca estaba cediendo demasiado espacio político a ejecutivos de Silicon Valley en un momento en que la inteligencia artificial enfrenta crecientes cuestionamientos por su impacto social.
El Proyecto de Supervisión Tecnológica acusó a la administración de ofrecer “refugio” a empresas bajo múltiples demandas y presiones legislativas. Su directora, Sacha Haworth, señaló que “los grandes CEOs buscan comprarse inmunidad ante el clamor público contra sus productos letales”.
La Federal Trade Commission (FTC) confirmó que investiga a compañías de IA como OpenAI por el daño potencial de sus chatbots en la salud mental de niños y adolescentes.
Otros grupos, como Demand Progress, calificaron el evento como “corrupción en el Jardín de las Rosas”, donde se celebró una cena de gala con figuras como Mark Zuckerberg (Meta), Tim Cook (Apple), Bill Gates (Microsoft) y Sam Altman. Elon Musk, invitado, se excusó de asistir.
Una carrera global
El trasfondo político es ineludible. Mientras Melania Trump resaltaba la IA como el “motor de progreso más grande en la historia de Estados Unidos”, el texto oficial de la iniciativa del presidente Donald Trump adoptaba un tono más competitivo: “Estamos en una carrera por la dominación global en inteligencia artificial, y bajo mi mandato, nuestra nación ganará”.
Entre la promesa de transformar las aulas y la sombra de intereses corporativos, la jornada dejó claro que la inteligencia artificial no es ya una tecnología emergente, sino un campo de batalla político, económico y social que marcará el futuro de Estados Unidos.
Crédito fotográfico: Rolling Stone