EE.UU: Nueva ofensiva legal de Trump contra The New York Times y Penguin Random House

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THE LATIN VOX (17 de octubre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Donald Trump no se rinde. Un mes después de que un juez federal desestimara su millonaria demanda por difamación contra The New York Times y la editorial Penguin Random House, el presidente de Estados Unidos ha vuelto a presentar una versión ampliada y revisada del caso.

La nueva demanda, de 40 páginas, reclama nuevamente 15,000 millones de dólares en compensaciones, además de daños punitivos “a determinar en el juicio”.

El juez Steven Merryday, del Tribunal de Distrito del Estado de Florida, había dado a Trump 28 días para enmendar su presentación inicial, que describió como un documento “impropio e impermisible” por violar las reglas básicas de procedimiento civil.

“La demanda, con solo dos cargos de difamación, ocupa 85 páginas”, escribió el magistrado en su fallo del 19 de septiembre. “El primer cargo aparece en la página 80 y el segundo en la 83”.

El nuevo documento, presentado este jueves, apunta nuevamente contra los periodistas Suzanne Craig, Russ Buettner y Peter Baker, así como contra The New York Times y Penguin Random House. El reportero Michael S. Schmidt, incluido en la versión original, ha sido retirado de la lista de acusados.

Un choque entre prensa y poder

El origen del pleito se remonta a una serie de artículos publicados por The New York Times sobre la fortuna familiar de Trump y su rol en el programa de televisión The Apprentice.

Los textos, junto con el libro Lucky Loser: How Donald Trump Squandered His Father’s Fortune and Created the Illusion of Success, firmado por Craig y Buettner, describían cómo el magnate habría heredado su riqueza a través de esquemas fiscales fraudulentos y maniobras contables de su padre, Fred C. Trump.

El equipo legal del presidente sostiene que tales afirmaciones constituyen una “difamación intencional” y que el retrato de Trump como un empresario que “despilfarró” la herencia familiar es “falso y malicioso”.

También objeta la idea de que fue “descubierto” para The Apprentice, argumentando que ya era una figura pública de renombre mucho antes de la serie televisiva.

Más política que derecho

Más allá de los tecnicismos judiciales, el caso refleja una tensión persistente entre Trump y la prensa estadounidense, especialmente con el Times, al que el presidente ha acusado repetidamente de “enemigo del pueblo”.

Su insistencia en mantener viva la demanda, pese al rechazo inicial, parece responder tanto a una estrategia jurídica como a una narrativa política: la de un líder que se presenta como víctima de los medios y del “establishment” institucional.

El juez Merryday, sin embargo, ha dejado claro que su rechazo previo no se refería a la veracidad de las acusaciones ni al fondo del asunto, sino al caos estructural del texto original. En palabras del magistrado, una demanda “no es el lugar para la acumulación tediosa de pruebas, la exposición de argumentos tendenciosos ni la recitación extensa de doctrina legal”.

Ahora, el tribunal deberá decidir si la versión revisada cumple con las normas básicas y, sobre todo, si tiene base suficiente para avanzar hacia juicio.

Por el momento, la batalla de Trump contra The New York Times sigue siendo tanto un pleito judicial como un símbolo político: un presidente enfrentado con el periodismo que ayudó a definir —y desafiar— su legado.

Crédito fotográfico: CNN


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