
THE LATIN VOX (23 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Un nuevo análisis del Centro de Privacidad y Tecnología de la Universidad de Georgetown ha revelado que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) recolectó ADN de aproximadamente 2,000 ciudadanos estadounidenses entre 2020 y 2024, incluidos menores de tan solo 14 años, en muchos casos sin que mediara cargo criminal alguno.
El hallazgo, basado en documentos oficiales recientemente publicados, sugiere un patrón de abuso de autoridad y vulneración de derechos constitucionales por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Uno de los casos documentados ocurrió en marzo de 2021, cuando un joven de 25 años, ciudadano estadounidense, fue detenido en el aeropuerto Midway de Chicago.
Aunque no enfrentaba ningún cargo, agentes fronterizos le tomaron una muestra de ADN mediante un hisopado bucal y enviaron su perfil genético al FBI.
El viajero fue admitido al país, pero su información genética quedó almacenada en la base nacional de datos criminales Codis, utilizada por cuerpos policiales de todos los niveles para identificar sospechosos.
Una práctica fuera del marco legal
La normativa vigente autoriza a CBP a recolectar ADN de personas arrestadas, acusadas o condenadas por delitos, así como de no ciudadanos detenidos en la frontera. Sin embargo, no permite obtener muestras de ciudadanos estadounidenses solo por haber sido retenidos temporalmente.
“El DHS ha estado recolectando ADN de ciudadanos sin justificación legal alguna”, denunció Stevie Glaberson, directora de investigación del centro de privacidad de Georgetown. “Esto constituye un programa inconstitucional que viola la Cuarta Enmienda”.
El informe detalla que al menos 40 ciudadanos tuvieron su ADN registrado sin enfrentar cargos criminales, entre ellos seis menores de edad. En algunos casos, los agentes justificaron la práctica con simples anotaciones administrativas como ‘inspección por oficial de inmigración’ o infracciones civiles tan triviales como no declarar una compra en el extranjero.
Un alcance masivo
La investigación también confirma que la Patrulla Fronteriza recolecta de forma sistemática el ADN de migrantes detenidos, incluidos menores. Solo entre adolescentes y niños, unos 133,000 perfiles genéticos habrían sido subidos a la base de datos federal, lo que implica su almacenamiento indefinido.
La dimensión del problema es considerable: en cerca de 865 casos de ciudadanos, no se presentaron cargos federales ni hubo revisión judicial del procedimiento. En consecuencia, las personas afectadas nunca tuvieron oportunidad de cuestionar la legalidad de la detención o de la toma de muestras.
Riesgos para la privacidad y las libertades
El ADN es uno de los datos más sensibles: no solo revela la identidad individual, sino también vínculos familiares y condiciones de salud heredables. Una vez que la información entra en el sistema criminal de EE.UU., puede ser usada para investigaciones que van mucho más allá del contexto en el que fue recolectada.
“Si alguien cree que su estatus de ciudadano lo protege de prácticas autoritarias, esto demuestra que no es así, ni lo será”, advirtió Glaberson.
La publicación de estos datos ha reavivado el debate sobre los límites de la vigilancia estatal en nombre de la seguridad nacional y plantea serias dudas sobre el futuro de la privacidad genética en Estados Unidos.
Crédito fotográfico: Getty Images