
THE LATIN VOX (16 de octubre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Las redacciones del Pentágono, durante décadas símbolo de la relación entre el poder militar y la prensa libre, quedaron vacías ayer miércoles. Periodistas veteranos y corresponsales especializados devolvieron sus credenciales de acceso tras negarse a firmar un nuevo conjunto de reglas impuestas por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, un ex presentador de Fox News conocido por su hostilidad hacia los medios.
Las normas, calificadas por organizaciones de prensa como “incompatibles con los principios del periodismo”, imponen severas restricciones al trabajo de los reporteros dentro del mayor complejo militar del mundo. Quienes no firmaron tuvieron que abandonar sus oficinas antes de las cinco de la tarde, cargando cajas con décadas de archivos, libros y recuerdos de cobertura.
“Hoy conduje al trabajo porque tenía demasiado que empacar”, comentó un corresponsal veterano que pidió anonimato. “A corto plazo, esto reducirá las historias de investigación. Pero a largo plazo encontraremos la manera de seguir haciendo periodismo. De hecho, ahora estoy más motivado.”
Un nuevo cerrojo a la transparencia
Desde la llegada de Hegseth, el Pentágono ha ido recortando progresivamente el acceso a la prensa: primero eliminó espacios de televisión, luego cerró la sala de conferencias, y ahora exige firmar reglas que limitan la “solicitud de información” a funcionarios. La ambigüedad del texto y las amenazas de sanciones penales contra quienes filtren datos no públicos han generado alarma.
“El efecto paralizador no solo afectará a los reporteros, sino también a los propios oficiales, que ahora tendrán miedo de hablar”, advirtió otro periodista.
Las cinco principales cadenas de televisión estadounidenses —ABC, CBS, CNN, NBC y Fox News— emitieron una declaración conjunta rechazando las normas y defendiendo su derecho a informar sobre el ejército “con independencia y rigor”.
“Seguiremos informando, con o sin credencial”
Pese al golpe a la cobertura, los periodistas aseguran que continuarán su labor desde fuera del edificio, utilizando fuentes, viajes y nuevas estrategias. “Tener reporteros dentro del Pentágono es vital para la transparencia y la rendición de cuentas”, dijo Griff Witte, editor de The Atlantic, cuya redacción también devolvió sus credenciales.
Solo dos medios conservadores —One America News y The Federalist— anunciaron que firmarán las reglas y mantendrán su presencia en el complejo.
Barbara Starr, legendaria corresponsal de CNN en el Pentágono, calificó el episodio como “un día triste para la prensa estadounidense”. “Este cuerpo de reporteros ha cubierto cada zona de combate del planeta. Verlos tratados como una amenaza, no como profesionales, es lamentable”, afirmó.
Mientras los pasillos del Pentágono quedan en silencio, muchos reporteros juran que seguirán cumpliendo su función: vigilar al poder, incluso cuando el poder les cierre la puerta.
Fuente: The Guardian (UK)
Crédito fotográfico: The Sydney Morning