
THE LATIN VOX (21 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una decisión sin precedentes, el Departamento de Estado de Estados Unidos rechazó una solicitud especial de México para el suministro de agua a la ciudad de Tijuana, una región gravemente afectada por la sequía. Esta medida se produce en medio de crecientes tensiones entre ambos países, con el presidente Donald Trump intensificando su postura firme en diversos frentes.
Un tratado bajo presión
El Tratado de Aguas de 1944, que regula la distribución de los caudales del Río Bravo y del Río Colorado entre ambas naciones, ha estado bajo una tensión creciente debido a los efectos del cambio climático, el crecimiento demográfico y el aumento de la actividad agrícola en las zonas más secas. El tratado establece ciclos de cinco años para el cumplimiento de entregas de agua, y el actual periodo concluirá en octubre de 2025.
El rechazo de la solicitud mexicana se fundamenta en los incumplimientos de México en sus entregas de agua a Estados Unidos, según afirmó el Departamento de Estado en un comunicado. «Las continuas deficiencias de México en la entrega de agua según el tratado de 1944 están devastando la agricultura estadounidense, en particular a los agricultores del valle del Río Bravo», publicó la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en la red social X.
Crisis hídrica en ambos lados de la frontera
México depende en gran medida del agua del Río Colorado para abastecer a ciudades como Tijuana, cuya infraestructura envejecida ha provocado un gran desperdicio de recursos hídricos. Esta urbe fronteriza, un centro clave de manufactura, recibe el 90% de su agua del río, cuyas reservas han disminuido por la sequía y el consumo masivo de la industria agrícola en el suroeste de EE.UU.
Mientras tanto, los agricultores del sur de Texas han expresado su preocupación por el futuro de cultivos esenciales como el algodón y los cítricos. En 2023, el último ingenio azucarero de Texas cerró, atribuyendo su clausura a la falta de agua proveniente de México.
A pesar de que en noviembre de 2023 ambas naciones alcanzaron un acuerdo para mejorar las entregas de agua, Estados Unidos ahora acusa a México de no cumplir con lo pactado. En respuesta a la crisis, el secretario de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, anunció un paquete de ayuda de 280 millones de dólares para los agricultores del valle del Río Bravo.
Reacciones políticas y el papel de Trump
La decisión de rechazar la solicitud mexicana se ha convertido en un nuevo punto de tensión en la relación bilateral. Políticos estadounidenses, como el senador de Texas Ted Cruz, han celebrado la medida. «Los agricultores texanos están en crisis por el incumplimiento de México. Trabajaré con la administración Trump para presionar a México y garantizar que cumpla con el tratado», declaró Cruz.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, intentó calmar los ánimos antes del anuncio del Departamento de Estado, asegurando que el problema del agua «se está atendiendo» a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), el organismo binacional encargado de supervisar el tratado.
La negativa de EE.UU. también llega en un momento de endurecimiento de la política migratoria de Trump. El mandatario ha prometido frenar la llegada de migrantes indocumentados, imponiendo medidas drásticas contra los países latinoamericanos. En este contexto, Trump ha enviado tropas a la frontera y amenazado con aranceles a México, aunque estos han sido postergados hasta el 2 de abril.
Un conflicto en escalada
El rechazo de la petición de agua marca un hito en la compleja relación entre México y Estados Unidos. La crisis hídrica, combinada con tensiones comerciales y migratorias, podría profundizar el distanciamiento entre ambos países. Mientras Trump abre un nuevo frente de batalla, el futuro de la cooperación bilateral sobre el agua sigue siendo incierto.
Crédito fotográfico: Patrick T Fallon/AFP/Getty Images