
THE LATIN VOX (4 de septiembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un movimiento que ha generado una fuerte polémica en el Congreso de Estados Unidos, los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron la creación de una nueva subcomisión para reinvestigar el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio, un episodio que marcó un antes y un después en la democracia estadounidense.
La decisión ha sido duramente criticada por los demócratas, quienes acusan a sus colegas republicanos de intentar reescribir la historia y exonerar a Donald Trump de su papel en los hechos.
La resolución para establecer la subcomisión fue aprobada este martes como parte de un paquete de normas que pasó por línea partidaria, sin el apoyo de la bancada demócrata.
La comisión estará presidida por el congresista Barry Loudermilk, de Georgia, y contará con plenos poderes de citación, lo que le otorga amplias facultades para convocar testigos y solicitar documentos.
“Completar el trabajo”: Una narrativa alternativa
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, ya había anunciado la intención de formar esta comisión en enero de este año, afirmando que su objetivo era “descubrir toda la verdad que el pueblo estadounidense merece conocer”. Para los demócratas, sin embargo, se trata de una maniobra política.
“Esta comisión no busca justicia ni verdad. Busca limpiar la imagen de Trump, reescribir los hechos del 6 de enero y deslegitimar una investigación exhaustiva que ya se llevó a cabo”, señaló un portavoz del líder de la minoría demócrata, Hakeem Jeffries.
El informe final de la anterior comisión —dirigida por los demócratas— fue publicado en 2022 y constó de 845 páginas.
En él se concluyó que Trump incitó el ataque al convocar a miles de seguidores a Washington con base en acusaciones infundadas de fraude electoral en 2020, y luego se negó durante horas a pedir que se retiraran, incluso cuando la violencia escalaba en el interior del Capitolio.
Poderes, miembros y plazos
La nueva subcomisión estará compuesta por ocho miembros designados por Johnson, de los cuales solo tres podrán ser demócratas y solo si son aprobados en consulta con el liderazgo republicano. Su mandato será emitir un informe final antes del 31 de diciembre de 2026.
Loudermilk, al anunciar formalmente la creación del grupo en julio, dijo que la nueva investigación buscará responder las preguntas pendientes y evitar futuras fallas de seguridad: “Mi investigación previa hizo un gran trabajo, pero aún queda mucho por hacer. Es hora de terminar el trabajo”, declaró en el Capitolio.
Demócratas denuncian intento de blanqueo
Los demócratas y varios analistas ven esta iniciativa como parte de un esfuerzo mayor del Partido Republicano —liderado por una facción leal a Trump— para cambiar la narrativa en torno al asalto al Capitolio, el más grave contra la sede del Congreso en más de 200 años.
En particular, han criticado que la comisión se anuncie después de que Trump, en su primer día de campaña para 2025, emitiera 1500 indultos a participantes del ataque, incluyendo a condenados por actos violentos.
Este hecho, sumado a la nueva investigación, ha sido interpretado como un intento sistemático de relegitimar a los responsables del ataque y diluir la responsabilidad del expresidente.
“Es como si alguien fuera condenado por robar un banco, y el castigo fuera escribir una nota de agradecimiento por el botín”, ironizó Nidhi Hegde, directora del American Economic Liberties Project, al comparar la nueva comisión con una farsa judicial.
Un paso más hacia la polarización
La nueva comisión también refleja la creciente polarización política en Estados Unidos. Mientras Trump se prepara para una eventual candidatura presidencial en 2024, el Partido Republicano parece decidido a reestructurar la memoria pública del 6 de enero, una fecha que dejó cinco muertos, cientos de heridos y decenas de acusaciones penales contra los responsables del ataque.
Aunque Johnson y Loudermilk insisten en que la nueva subcomisión buscará “verdad y transparencia”, para muchos observadores está claro que la intención es otra: minar la credibilidad de la comisión anterior y ofrecer a Trump un relato alternativo que pueda utilizar durante la campaña.
¿Qué sigue?
Con su informe esperado para 2026, esta nueva comisión se desarrollará en paralelo a un clima político cada vez más tenso, con elecciones presidenciales en el horizonte y múltiples juicios pendientes contra Trump, algunos relacionados directamente con su papel en el intento de revertir los resultados de las elecciones de 2020.
Lo que está en juego, para muchos, no es solo una revisión de los hechos del pasado, sino el rumbo futuro de la democracia estadounidense.
A tres años del asalto al Capitolio, la lucha por el relato aún no ha terminado. Pero mientras algunos buscan justicia, otros parecen interesados en reescribir la historia. Y en política, controlar la historia puede ser casi tan importante como controlar el poder.
Crédito fotográfico: AP News