EE.UU. auspicia una guerra comercial manteniendo su economía estable … pero ¿por cuánto tiempo más?

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THE LATIN VOX (28 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

A pesar de una guerra comercial global y de advertencias de recesión, la economía estadounidense sigue mostrando una fortaleza inesperada. Empleos en crecimiento, bolsas en máximos históricos y un consumo aún robusto desafían las previsiones de muchos economistas desde que Donald Trump iniciara su ofensiva arancelaria hace más de un año.

Pero mientras el presente muestra resiliencia, la gran pregunta ahora es: ¿cuánto puede durar esta inmunidad?

Una economía que desafía las predicciones

Cuando el presidente Trump dio inicio a una serie de aranceles sobre bienes extranjeros con el argumento de proteger la industria nacional, analistas advirtieron que vendría una ola de inflación, pérdida de competitividad y disminución del comercio global. Sin embargo, la realidad ha sido más compleja.

Las cifras actuales muestran una economía que no solo se mantiene estable, sino que avanza. Empresas han absorbido en muchos casos el impacto de los aranceles sin trasladarlo a los consumidores, lo que ha ayudado a contener el alza de precios.

“Parte de esta resistencia se explica porque otros países han optado por no responder con fuerza a los aranceles estadounidenses, lo que ha evitado una escalada de represalias”, señala Douglas Porter, economista jefe del Banco de Montreal (BMO). “Además, el consumidor estadounidense no ha sentido el golpe de lleno aún”.

El caso General Motors: Pérdidas sin subir precios

Un ejemplo claro es General Motors. La automotriz reportó una caída del 35 % en sus ganancias trimestrales debido a aranceles sobre autos y autopartes, con una pérdida de 1.100 millones de dólares.

Aun así, decidió no subir precios, posiblemente para evitar tensiones con la administración Trump.

Este comportamiento se ha replicado en otras compañías. Según Royce Mendes, director de análisis en Desjardins Capital Markets, muchas empresas están eligiendo “absorber el golpe antes que despertar la ira del gobierno”.

¿Resiliencia o simple retraso del impacto?

Pero no todos comparten el optimismo. Algunos expertos advierten que los efectos negativos de los aranceles podrían estar simplemente retrasados. Muchas empresas aceleraron sus importaciones antes de que entraran en vigor las nuevas tarifas, generando un stock que ha amortiguado el golpe a corto plazo.

“Hubo una carrera por anticipar las tarifas, y eso ha aplazado parte del dolor”, dice Porter. “Sin embargo, es poco probable que se pueda evitar del todo”.

Canadá, otra economía que desafía las expectativas

Al norte de la frontera, Canadá también ha mostrado una inesperada fortaleza. Aunque su economía se contrajo ligeramente en abril y mayo, el desempleo ha comenzado a bajar y el consumo repuntó en junio.

Claire Fan, economista de RBC, señala que esto se debe en parte a las exenciones arancelarias obtenidas bajo el acuerdo CUSMA, que han reducido las tarifas efectivas hasta niveles mínimos. “Trump empezó con fuerza, pero luego fue retrocediendo. Eso ha suavizado el impacto para Canadá”, explica Mendes.

Sectores en apuros y amenazas latentes

No todos los sectores han corrido con la misma suerte. Industrias como el acero, el aluminio, la madera y los autos han recibido golpes directos, y la incertidumbre crece ante la posibilidad de que nuevas tarifas entren en vigor el 1 de agosto si no se alcanza un acuerdo comercial.

Según Michael Davenport, de Oxford Economics, si no se rebajan los aranceles entre EE. UU. y Canadá antes de esa fecha, habrá consecuencias. “Podríamos ver pérdida de empleos y una caída en el ingreso disponible que enfríe el consumo”, advirtió en una nota a sus clientes.

El frágil equilibrio actual

Por ahora, el sistema se mantiene gracias a un delicado equilibrio: empresas que absorben costos, países que no escalan represalias y consumidores que aún pueden gastar. Pero ese equilibrio es inestable. Un cambio en cualquier componente podría precipitar una corrección más severa.

La resiliencia actual podría convertirse en fragilidad mañana si se agotan los amortiguadores o si las tensiones comerciales se intensifican. La pregunta clave es si esta resistencia representa una nueva normalidad económica, o simplemente la calma antes de la tormenta.

En conclusión, aunque el presente económico de EE. UU. y Canadá desafía los pronósticos más pesimistas, los riesgos latentes siguen ahí, y un mal movimiento en la guerra comercial podría desencadenar efectos que, hasta ahora, solo se han postergado.

Fuente: CBC News

Crédito fotográfico: Bloomberg


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