
THE LATIN VOX (17 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Una reciente investigación del diario inglés The Guardian reveló que la administración de Donald Trump ha desmantelado de forma sistemática los esfuerzos federales para combatir la trata de personas y la explotación infantil, poniendo en riesgo décadas de avances en la materia.
Lo que durante años fue considerado un terreno de consenso bipartidista en Estados Unidos —la lucha contra la esclavitud moderna y la protección de víctimas de explotación sexual y laboral— se ha visto debilitado por recortes presupuestarios, despidos masivos, retraso en informes clave y un cambio de prioridades hacia la política migratoria.
Programas desmantelados y víctimas desprotegidas
Los recortes alcanzan a agencias fundamentales como el Departamento de Estado, Justicia, Trabajo, Salud y Servicios Humanos y Seguridad Nacional. En este último, agentes especializados en perseguir redes de trata han sido reasignados para centrarse en deportaciones. “Se ha convertido en un mal uso de recursos”, lamentó Eric Balliet, exfuncionario de Investigaciones de Seguridad Nacional.
La oficina del Departamento de Estado encargada de monitorear la trata de personas perdió más del 70% de su personal, y el esperado Trafficking in Persons Report —un informe anual que evalúa la situación en 185 países— no fue entregado al Congreso en junio, como exige la ley.
Los efectos ya se sienten en el terreno. Organizaciones que brindan refugio, atención médica y asistencia legal a sobrevivientes ven peligrar su continuidad por la paralización de fondos. “Estamos planificando para el peor escenario”, advirtió Hailey Virusso, directora de servicios contra la trata en Preble Street, en Maine.
Deportaciones y miedo
Para la Casa Blanca, el endurecimiento de las deportaciones constituye una estrategia eficaz contra la trata. Sin embargo, expertos advierten que esta política deja a las víctimas más expuestas. “Los tratantes se aprovechan del miedo a la policía y a la inmigración para silenciar a quienes explotan”, explicó Stephanie Richard, de la iniciativa antitrata de la Universidad Loyola en Los Ángeles.
Incluso inmigrantes que colaboraban con investigaciones han sido detenidos y deportados, pese a estar amparados por la ley que permite solicitar la visa T, diseñada específicamente para víctimas de trata.
Entre enero y marzo de este año, el gobierno negó más solicitudes de esta visa de las que aprobó, un hecho inédito.
Críticas dentro y fuera del país
El congresista demócrata Jamie Raskin acusó a la administración Trump de “desmantelar sistemáticamente las oficinas y programas que necesitamos para combatir la trata y procesar crímenes sexuales”.
Desde el ámbito internacional, defensores de derechos humanos advierten que la ausencia del informe anual estadounidense debilita la presión diplomática sobre gobiernos que toleran la trata, como ocurre en Ucrania o México.
Mientras tanto, antiguos funcionarios y defensores de víctimas temen que el vacío institucional genere impunidad. “Los perpetradores quedarán libres y los crímenes continuarán”, advirtió Beth Van Schaack, exembajadora para la justicia penal global.
De causa común a arma política
Desde el año 2000, republicanos y demócratas habían colaborado en leyes pioneras contra la trata, con apoyo de grupos religiosos y organizaciones civiles. Ahora, sin embargo, la causa parece haberse politizado, con prioridades dictadas por la agenda migratoria y decisiones de alto impacto que, según críticos, obedecen más a cálculos electorales que a la protección de víctimas.
Martina Vandenberg, directora del Human Trafficking Legal Center, lo resume con dureza: “Para Trump, la trata es un garrote político. No se trata de justicia ni de las víctimas. Solo hay cálculo político”.
El retroceso estadounidense se produce en un momento en que Naciones Unidas advierte sobre el repunte global de la trata de personas, agravado por la guerra, las crisis económicas y la migración forzada.
En ese escenario, la pérdida de liderazgo de Washington puede dejar un vacío difícil de llenar.
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