
THE LATIN VOX (1 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela parece estar escribiéndose, luego de que Richard Grenell, enviado especial del presidente Donald Trump, viajara a Caracas para mantener conversaciones con Nicolás Maduro.
La visita, que ha despertado especulaciones sobre una posible aproximación entre ambos gobiernos, genera controversia, especialmente en un contexto de tensas relaciones diplomáticas entre Washington y Caracas.
Grenell, quien fue embajador de Estados Unidos en Alemania durante el primer mandato de Trump y es un destacado defensor de la política “Make America Great Again” (MAGA), aterrizó en Venezuela el pasado viernes, según confirmaron varias fuentes, incluidas la ministra de comunicación de Venezuela y el enviado especial para América Latina de Trump, Mauricio Claver-Carone.
¿Un acercamiento entre Washington y Caracas?
Aunque Claver-Carone insistió en que el viaje de Grenell no tenía como objetivo negociar con Maduro ni discutir el acceso a las vastas reservas de petróleo de Venezuela, la visita ha generado especulaciones sobre un posible acuerdo.
Según el comunicado oficial, el propósito de la misión era transmitir dos mensajes claros al gobierno venezolano: uno sobre la necesidad de recibir vuelos de deportación con criminales venezolanos que se encuentran en Estados Unidos y otro exigiendo la liberación inmediata de ciudadanos estadounidenses detenidos en el país sudamericano. Claver-Carone subrayó que “no hay ningún tipo de acuerdo o negociación”, refiriéndose a las preocupaciones sobre el petróleo y otros temas sensibles.
Grenell, sin embargo, dejó entrever que la diplomacia podría estar de vuelta en la agenda de la Casa Blanca al tuitear tras la toma de posesión de Joe Biden: “Donald Trump es nuevamente presidente de Estados Unidos. Y la diplomacia ha regresado”. Estos comentarios han intensificado las especulaciones sobre una posible recalibración de la política de Washington hacia Caracas.
El contexto de la relación Trump-Maduro
La relación entre Donald Trump y Nicolás Maduro ha sido marcada por la hostilidad. Durante su primer mandato, Trump lideró una estrategia de “presión máxima” contra el régimen venezolano, aplicando sanciones económicas y amenazas militares con el objetivo de derrocar a Maduro.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el líder venezolano ha logrado mantenerse en el poder, incluso en medio de acusaciones de fraude electoral durante las elecciones presidenciales de 2020.
Maduro, al parecer, ha comenzado a suavizar su postura frente a Trump, destacando que, a pesar de los conflictos previos, ahora estaría dispuesto a abrir un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales. “En su primer gobierno, Trump no fue bueno para nosotros, pero este es un nuevo comienzo”, dijo recientemente, sugiriendo que está dispuesto a negociar.
Posibles implicaciones de un acuerdo
Un posible acuerdo entre Trump y Maduro podría implicar varios compromisos. Se ha especulado con la idea de que Washington podría tolerar la violación de los derechos democráticos en Venezuela a cambio de acceso a sus enormes reservas de petróleo y la colaboración en el repatriamiento de migrantes venezolanos desde Estados Unidos.
Esta propuesta sería muy controvertida, especialmente entre los republicanos de Florida, donde residen más de tres millones de votantes latinos, muchos de los cuales se oponen rotundamente a cualquier tipo de acercamiento con el régimen de Maduro.
El senador republicano Rick Scott, exgobernador de Florida, criticó abiertamente la misión de Grenell en Caracas, pidiendo que se centrara únicamente en exigir la liberación de los estadounidenses secuestrados y la repatriación de los criminales venezolanos en territorio estadounidense.
La resistencia dentro del Partido Republicano
A pesar de los movimientos diplomáticos de Trump, algunos sectores clave del Partido Republicano siguen siendo firmes defensores de la política de “presión máxima” hacia Venezuela. Figuras como el senador Marco Rubio y Claver-Carone continúan abogando por una línea dura, y Rubio, en un artículo publicado en el Wall Street Journal, atacó los “regímenes ilegítimos” de Cuba, Nicaragua y Venezuela, acusándolos de intensificar el caos en América Latina.
Un futuro incierto
La visita de Grenell a Caracas abre la puerta a un nuevo ciclo en la diplomacia de Estados Unidos con Venezuela, pero las posibilidades de un acuerdo entre Trump y Maduro siguen siendo inciertas.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención los movimientos de la administración Trump, especialmente en un contexto donde las políticas hacia Venezuela podrían ser decisivas en las relaciones diplomáticas y comerciales en la región. Sin duda, este será un tema que seguirá generando debate en los próximos meses.
Crédito fotográfico: Zurimac Campos Prensa Presidencial Venezuela/Presidencia de Venezuela/AFP/Getty Images