
THE LATIN VOX (13 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un discurso que marcó un cambio significativo en la política de defensa de Estados Unidos, el secretario de Defensa Pete Hegseth afirmó que el país ya no está “principalmente enfocado” en la seguridad de Europa, y que serán los aliados europeos los que deberán asumir un papel más destacado en la defensa de Ucrania frente a la invasión rusa.
Este anuncio, realizado durante su primer viaje internacional, dejó claro que la administración de Donald Trump está reorientando sus prioridades militares hacia la defensa del territorio estadounidense y la contención de China, en lugar de mantener su tradicional papel de garante de la seguridad en Europa.
Durante una reunión con ministros de Defensa en Bruselas, Hegseth subrayó que Europa debe hacerse cargo de la “gran parte” de la ayuda militar futura a Ucrania, y que la restauración de las fronteras de Ucrania previas a 2014 es un objetivo “irrealista”.
A pesar de las tensiones derivadas de esta postura, el secretario de Defensa aclaró que las prioridades de Estados Unidos ahora deben centrarse en la protección de su propio territorio y en la disuasión de las amenazas provenientes de China, especialmente en la región del Indo-Pacífico.
Replanteamiento del rol de la OTAN y la Seguridad Europea
Aunque Hegseth suavizó su lenguaje respecto a un borrador inicial que sugería una reestructuración de la OTAN, su mensaje fue claro: Estados Unidos ya no puede seguir siendo el principal responsable de la seguridad en Europa, una carga que ha asumido durante más de siete décadas desde la creación de la OTAN.
En su intervención, Hegseth señaló que la guerra en Ucrania había puesto de manifiesto que los miembros europeos de la alianza deben aumentar sus presupuestos de defensa y tomar la iniciativa en la defensa del continente, en particular ante una Rusia cada vez más agresiva.
El secretario de Defensa destacó que los países de la OTAN deberían destinar al menos un 5% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la defensa, un ejemplo de lo que, según él, debería ser el compromiso europeo para garantizar su propia seguridad. Este objetivo representa un aumento significativo en los presupuestos de defensa de muchos países, incluido el Reino Unido, cuya cifra actual es de solo un 2.33% de su PIB.
Hegseth también remarcó que el papel de Estados Unidos en la guerra en Ucrania no cambiaría drásticamente, pero que el país ya no podría garantizar por completo la seguridad de Europa. En este sentido, destacó que las tropas europeas, y no estadounidenses, serían las encargadas de garantizar la paz en Ucrania, a pesar de que cualquier intervención militar estaría exenta de las garantías que proporciona el artículo 5 de la OTAN.
Las dificultades para construir una fuerza europea suficiente
El cambio de enfoque de Estados Unidos ha generado dudas, especialmente dentro de Europa, donde muchos cuestionan si los países del continente tienen la capacidad de liderar por sí mismos en términos de defensa.
Con fuerzas armadas que enfrentan dificultades para cubrir vacantes y aumentar el tamaño de sus ejércitos, la pregunta es si Europa podrá realmente reunir una fuerza disuasoria capaz de desafiar la creciente amenaza rusa sin el respaldo estadounidense.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, expresó recientemente sus dudas sobre la viabilidad de las garantías de seguridad ofrecidas por Europa sin el apoyo de Estados Unidos. Según Zelenskyy, las garantías de seguridad “sin América no son reales”.
Además, advirtió que cualquier fuerza multinacional destinada a servir como disuasión en Ucrania tendría que ser significativamente más grande que las tropas rusas actualmente desplegadas en el país, lo que plantea un desafío considerable dada la situación militar en Europa.
La defensa de Ucrania: ¿Un objetivo inalcanzable?
Hegseth también reiteró la postura de Trump de que el objetivo de Ucrania de recuperar todas sus tierras ocupadas por Rusia es «irrealista». Según el secretario de Defensa, buscar la restauración de las fronteras previas a 2014 solo prolongaría la guerra y aumentaría el sufrimiento.
Esta declaración refleja una postura más pragmática, que busca alcanzar una paz duradera en Ucrania, aunque podría ser vista como una forma de aceptar, de hecho, la anexión de Crimea y partes de Donbas por Rusia.
Sin embargo, el reconocimiento de las nuevas realidades territoriales de Ucrania no significa que Estados Unidos abandone su apoyo al país. Aunque la administración Trump ha dejado claro que la responsabilidad principal de la seguridad europea recae en los aliados del continente, la ayuda militar a Ucrania continuará, aunque con un enfoque más centrado en el apoyo logístico y estratégico que en el envío directo de tropas.
El cambio de prioridades y el futuro de la OTAN
El viraje de Estados Unidos hacia un enfoque más centrado en el Indo-Pacífico y en la defensa de su propio territorio marca una nueva era en la política de seguridad de la OTAN. Los aliados europeos tendrán que adaptarse a esta nueva realidad y aumentar sus esfuerzos para garantizar la estabilidad en Europa, especialmente en medio de un contexto internacional cada vez más competitivo con potencias como China.
Lo que está claro es que la OTAN, creada hace 75 años para proteger a Europa del bloque soviético, deberá redefinir su papel en un mundo multipolar donde las amenazas a la seguridad no solo provienen del este de Europa, sino también de Asia y otras partes del mundo.
Si bien el artículo 5 de la OTAN sigue siendo una garantía fundamental de defensa colectiva, el presidente de Estados Unidos y su secretario de Defensa han dejado claro que la seguridad del continente europeo ahora dependerá en gran medida de sus propios recursos y decisiones estratégicas.
Crédito fotográfico: The New York Times