EE.UU: Senado avanza recorte de $9 mil millones impulsado por Trump, afectando medios públicos y ayuda exterior

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THE LATIN VOX (16 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

En una decisión que ha generado una fuerte polémica tanto dentro como fuera de Estados Unidos, los senadores republicanos aprobaron el martes una medida para avanzar con el proyecto del presidente Donald Trump que busca cancelar cerca de 9000 millones de dólares en gastos ya aprobados, con énfasis en programas de ayuda extranjera y medios públicos.

El voto fue decidido por un estrecho margen de 51-50, gracias al desempate del vicepresidente del Senado, JD Vance, quien inclinó la balanza a favor de los republicanos. Una votación final podría tener lugar tan pronto como este miércoles, antes de que el proyecto regrese a la Cámara de Representantes y, finalmente, llegue al escritorio del presidente para su promulgación antes del viernes.

¿Qué está en juego?

El paquete de recortes, conocido formalmente como «rescisiones», tiene como objetivo revertir fondos previamente autorizados por el Congreso. Entre los programas afectados se encuentran importantes iniciativas de ayuda internacional, subvenciones a medios comunitarios y la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB), que respalda a más de 1.500 estaciones de radio y televisión locales en todo el país.

Trump, quien ha enmarcado el paquete como una medida de “eficiencia gubernamental”, ya había eliminado una propuesta de recortar $400 millones del programa Pepfar, una iniciativa bipartidista lanzada por George W. Bush que ha salvado millones de vidas en la lucha contra el VIH/sida. Esa eliminación mejoró las probabilidades de que el proyecto avance, pero las preocupaciones persisten.

“Cuando tienes una deuda de $36 billones, hay que actuar”, dijo el líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, justificando el recorte como un intento de controlar el gasto público.

Medios públicos, ¿en la mira política?

Una de las partes más controversiales del plan es la intención de recortar el financiamiento a medios públicos, una medida que, según los demócratas, pone en peligro el acceso de millones de estadounidenses a noticias locales, alertas meteorológicas y programas educativos como Sesame Street.

El líder demócrata Chuck Schumer advirtió: “Estos recortes no podrían llegar en peor momento. Las inundaciones en Texas nos recuerdan que las alertas rápidas pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte”.

Para muchos críticos, el recorte representa una ofensiva ideológica contra medios que el expresidente ha acusado repetidamente de ser hostiles a su administración. Trump ha dejado claro su desdén por la CPB, y en su red social advirtió: “Cualquier republicano que vote a favor de permitir que esta monstruosidad continúe transmitiendo no tendrá mi apoyo ni respaldo”.

Tensiones internas en el Partido Republicano

Aunque la mayoría de los republicanos han cerrado filas en torno a la propuesta, no todos están convencidos. La senadora Susan Collins, presidenta del comité de asignaciones, expresó preocupación por la falta de claridad sobre qué programas específicos sufrirán recortes.

Lisa Murkowski, senadora por Alaska, criticó duramente la estrategia: “Somos legisladores. Deberíamos estar legislando, no simplemente siguiendo instrucciones del Ejecutivo”.

A pesar de estas voces disidentes, la presión de Trump y su base parece haber inclinado la balanza a su favor, al menos en esta primera fase.

Una batalla fiscal con implicaciones globales

Los opositores del plan, especialmente del lado demócrata, subrayan la hipocresía del discurso fiscal republicano. Argumentan que estos recortes son simbólicos, en comparación con el déficit de $3,4 billones que generaron los recientes recortes de impuestos impulsados por el mismo Trump apenas dos semanas atrás.

“La idea de que van a equilibrar el presupuesto cerrando estaciones de radio locales y cancelando Plaza Sésamo es absurda”, ironizó la senadora Patty Murray.

También hay inquietud internacional: los recortes a la ayuda extranjera podrían afectar directamente a países en desarrollo que dependen de la cooperación estadounidense, especialmente en temas como salud pública, educación y alimentación.

¿Qué sigue?

Con el respaldo necesario para avanzar, el Senado se prepara para un maratón legislativo de hasta 10 horas de debate, en un proceso conocido como vote-a-rama, donde se discutirán y votarán decenas de enmiendas. Luego, el proyecto regresará a la Cámara de Representantes para una nueva votación, donde se espera un resultado nuevamente dividido.

Este intento de Trump por “reordenar” el presupuesto federal no solo reaviva debates históricos sobre el tamaño del gobierno y sus prioridades, sino que también revela una batalla más profunda sobre el papel del poder ejecutivo y el futuro del consenso bipartidista en Washington.

Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo uno de los mayores donantes del mundo podría estar a punto de cerrar su billetera.

Crédito fotográfico: Carolina Political Review


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