
THE LATIN VOX (23 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La batalla por el control político en Estados Unidos se intensifica en Texas, donde la legislatura estatal de mayoría republicana avanza hacia la aprobación final de un nuevo mapa electoral que podría otorgarles hasta cinco escaños adicionales en la Cámara de Representantes.
La iniciativa, respaldada por el presidente Donald Trump, busca reforzar la posición del Partido Republicano de cara a las elecciones de mitad de mandato de 2026.
El Senado estatal aprobó preliminarmente el plan el viernes con una votación estrictamente partidista de 18 a 11. Se espera que la aprobación definitiva ocurra este fin de semana, tras lo cual el proyecto será enviado al gobernador Greg Abbott, que ya ha expresado su intención de ratificarlo de inmediato.
Sin embargo, los demócratas intentan retrasar el proceso. La senadora estatal Carol Alvarado, de Houston, anunció en redes sociales su intención de recurrir al filibusterismo para obstaculizar el avance de la medida. “Los republicanos creen que pueden pasarnos por encima. Hoy pienso plantar cara”, escribió Alvarado, prometiendo una larga noche de debate.
Acusaciones de manipulación política y racial
El senador republicano Phil King, impulsor del proyecto de ley HB 4, defendió la propuesta asegurando que su único objetivo es mejorar el “rendimiento político” del partido. Reiteró en múltiples ocasiones que no revisó “ningún dato racial” en la elaboración del mapa, pese a las insistentes preguntas de legisladores demócratas.
Los opositores sostienen que el rediseño reduce la influencia electoral de comunidades minoritarias, especialmente en Austin, Houston y el área metropolitana de Dallas-Fort Worth, donde distritos tradicionalmente demócratas se transforman en circunscripciones favorables a los republicanos. Además, dos distritos en el sur de Texas también han sido modificados para inclinarse hacia el Partido Republicano.
Diversos grupos ya preparan demandas legales bajo la Ley de Derechos Electorales (Voting Rights Act), argumentando que el nuevo mapa discrimina a votantes de color al dificultar que elijan a candidatos de su preferencia.
Un pulso nacional por los mapas electorales
La controversia en Texas se produce en paralelo a maniobras similares en otros estados clave. En California, los demócratas impulsan un referéndum para noviembre con el fin de aprobar un mapa que añadiría hasta cinco escaños a su favor, en un intento de contrarrestar la ofensiva republicana en Texas.
Actualmente, los republicanos controlan 25 de los 38 distritos de Texas. Con el nuevo diseño, se asegurarían ventajas en 30 de ellos. Este rediseño ocurre en un contexto de redistritación fuera de calendario habitual, una medida poco común que subraya la importancia estratégica del estado de cara a las elecciones de medio término.
Protestas y resistencia
El proceso ha estado marcado por protestas en el Capitolio texano y episodios de resistencia demócrata, como el abandono temporal del estado por parte de legisladores para bloquear el quórum requerido. Sin embargo, la maniobra se desmoronó tras el regreso de los legisladores, que coincidió con el avance de iniciativas demócratas en California.
La pugna por el mapa electoral en Texas se perfila como una de las batallas más significativas de la temporada electoral estadounidense, no solo por su impacto inmediato en la Cámara de Representantes, donde los republicanos mantienen una estrecha mayoría de tres escaños, sino también porque sienta un precedente de confrontación abierta en torno al rediseño de distritos antes de las elecciones de 2026.
Crédito fotográfico: France 24