
THE LATIN VOX (30 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Una tragedia aérea sacudió a Washington en la noche del miércoles, cuando un avión de pasajeros con 60 personas a bordo colisionó en el aire con un helicóptero militar mientras se preparaba para aterrizar en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, en Virginia. El incidente, ocurrido cerca del río Potomac, desató una masiva operación de rescate en condiciones extremas de frío y viento.
El vuelo comercial, un Bombardier CRJ-701 de American Airlines, había despegado desde Wichita, Kansas, y se encontraba a solo 400 pies de altitud y a 140 millas por hora cuando perdió repentinamente altura sobre el río.
El avión de pasajeros, que transportaba a 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación, se encontraba en su aproximación final a la pista 33 del aeropuerto, cuando sufrió la colisión con un helicóptero UH-60 Black Hawk del Ejército de Estados Unidos.
El helicóptero, que realizaba un vuelo de entrenamiento, llevaba tres militares a bordo y era operado desde la base de Fort Belvoir, en Virginia. Tras el choque, las autoridades locales y federales comenzaron a coordinar una extensa operación de rescate, desplegando equipos de buceo y embarcaciones inflables para buscar sobrevivientes en las aguas heladas del Potomac.
Rescate y consecuencias inmediatas
A pesar de los esfuerzos intensos, las autoridades no han proporcionado información detallada sobre las víctimas. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, afirmó que aún se encontraba en proceso de recuperación de los cuerpos, pero evitó ofrecer cifras precisas sobre el número de fallecidos. «Vamos a recuperar a nuestros conciudadanos», declaró con voz grave durante una conferencia de prensa matutina en el aeropuerto.
El choque, que ocurrió alrededor de las 9 p.m. hora local, interrumpió de inmediato las operaciones del aeropuerto, paralizando todos los despegues y aterrizajes. Los controladores aéreos comenzaron a desviar vuelos entrantes, y los equipos de emergencia se movilizaron rápidamente para cubrir la zona. «Fue un golpe devastador», indicó el jefe de Bomberos y Emergencias de D.C., John A. Donnelly, quien destacó las extremas dificultades para trabajar bajo las difíciles condiciones meteorológicas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó sus condolencias y fue informado sobre el accidente. «Que Dios bendiga sus almas», comentó en una declaración, mientras que el vicepresidente J.D. Vance pidió a sus seguidores en redes sociales que «eleven una oración por todos los involucrados».
Investigaciones en marcha
La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE. UU. (NTSB) iniciaron de inmediato una investigación para determinar las causas exactas de la colisión. Según datos proporcionados por la FAA, el avión de pasajeros había ajustado su aproximación a la pista 33 antes del impacto.
Los controladores aéreos pudieron observar la cercanía entre el helicóptero y el avión comercial, y poco antes de la colisión, se escuchó a un piloto preocupado exclamando: «¿Torres, vieron eso?», tras el aparente impacto.
American Airlines confirmó que su vuelo estaba involucrado en el incidente y aseguró que estaba colaborando con las autoridades para asistir en los esfuerzos de emergencia. En un comunicado posterior, la aerolínea detalló que el vuelo transportaba 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación, y prometió mantener a sus clientes informados sobre los desarrollos.
Impacto en el aeropuerto y la ciudad
El Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, un importante punto de entrada a la capital de Estados Unidos, se encuentra ubicado cerca del centro de Washington, lo que lo hace un aeropuerto de preferencia por su proximidad a la ciudad.
La situación en el aeropuerto fue descrita como «extrañamente silenciosa» por un reportero de CBC News, con las pantallas de información de vuelos apagadas y un mensaje urgente notificando a los viajeros que todos los vuelos estaban detenidos debido a la emergencia.
La comunidad local, aún en shock por el evento, sigue esperando respuestas mientras continúan los esfuerzos de rescate en las heladas aguas del Potomac. Los residentes de la zona y autoridades locales están lidiando con la incertidumbre mientras se desarrollan las investigaciones sobre las circunstancias del accidente, que ha conmocionado tanto a la nación como a la comunidad internacional.
Este incidente, que marca una tragedia aérea de grandes proporciones, subraya una vez más los riesgos inherentes a la aviación y las complejidades de los vuelos militares y comerciales operando cerca de zonas de alta densidad aérea. La espera por respuestas y detalles sobre las víctimas continuará mientras las autoridades trabajan para esclarecer lo sucedido.
Crédito fotográfico: The Hindu