EE.UU: Trump defiende a Musk ante la creciente resistencia de trabajadores federales en su administración

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THE LATIN VOX (26 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

El presidente Donald Trump intervino públicamente para defender a Elon Musk, ante la creciente oposición dentro de su propio gabinete tras las órdenes del multimillonario para que los empleados federales enviaran un correo electrónico justificando su trabajo.

Musk, quien dirige el denominado «Departamento de Eficiencia del Gobierno» (DOGE), había instado a todos los trabajadores federales a enviar un resumen detallado de su labor semanal antes de la medianoche del lunes, advirtiendo que aquellos que no lo hicieran serían despedidos.

La intervención de Trump ocurre en un contexto de creciente disidencia interna, con varios funcionarios de alto rango, incluidos el director del FBI, Kash Patel, y la directora nacional de inteligencia, Tulsi Gabbard, instando a los empleados a ignorar la orden de Musk.

En lugar de acatar la directiva del empresario, los funcionarios de gobierno respondieron con resistencia, planteando preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de la información que los empleados pudieran tener que revelar.

El domingo, Musk había emitido un ultimátum en el que amenazaba con despidos masivos si los trabajadores federales no enviaban el correo justificando sus tareas. Sin embargo, al enfrentar una oposición creciente, la Oficina de Gestión de Personal (OPM, por sus siglas en inglés) intervino, indicando que los empleados podrían responder si lo deseaban, pero sin el temor de ser despedidos, y otorgando a los directores de agencias la potestad de eximir a sus empleados de cumplir con la orden.

El martes, la situación se volvió aún más confusa cuando Trump, durante una rueda de prensa, comentó que la respuesta de los empleados sería “algo voluntaria” pero que, en caso de no cumplir, «probablemente serías despedido». Este comentario generó confusión adicional entre los trabajadores federales, muchos de los cuales aún no sabían qué esperar.

El origen de este caos se encuentra en el esfuerzo de Musk por reducir el supuesto despilfarro y la corrupción dentro del gobierno federal. Su llamado a una mayor eficiencia se ha visto como un intento de poner orden en las agencias gubernamentales, aunque la resistencia no se ha hecho esperar, especialmente entre las agencias de inteligencia como el FBI, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), que advirtieron sobre los riesgos de exponer información confidencial a través de estos correos electrónicos.

Además, agencias clave como el Departamento de Seguridad Nacional y el Pentágono, bajo la dirección de leales a Trump como Kristi Noem y Pete Hegseth, se opusieron abiertamente a la directiva de Musk, instando a los empleados a no responder. El Departamento de Justicia también indicó a sus trabajadores que no era necesario cumplir con la orden debido a la naturaleza confidencial de sus tareas.

El Departamento de Salud y Servicios Sociales, dirigido por uno de los nominados más polémicos de Trump, Robert F. Kennedy Jr., emitió una recomendación peculiar a sus empleados: si decidían responder, deberían ser imprecisos y cuidadosos con la información que compartieran. “Supongan que lo que escriban será leído por actores extranjeros malignos y ajusten su respuesta en consecuencia”, indicaron.

Ante esta situación, Trump convocó una reunión del gabinete el miércoles, donde Musk, a pesar de no ser un miembro oficial del gabinete, presentará un informe sobre los esfuerzos de Doge y cómo las agencias están identificando el despilfarro, el fraude y el abuso en sus respectivos departamentos. Esta reunión se llevará a cabo en un momento delicado, en el que la figura de Musk y su visión disruptiva de la eficiencia gubernamental se encuentra bajo un creciente escrutinio interno.

En un intento de calmar las aguas, Trump ofreció su respaldo a Musk durante una reunión con el presidente francés Emmanuel Macron en la Casa Blanca. «Lo que está haciendo es simplemente preguntar: ‘¿Estás trabajando realmente?’», dijo Trump, defendiendo la iniciativa de Musk como una manera de identificar a los empleados que no están cumpliendo con sus responsabilidades. “Yo lo veo como algo positivo porque tenemos personas que no se presentan a trabajar y nadie sabe si siquiera trabajan para el gobierno”.

Este conflicto subraya una tensión creciente dentro del gobierno de Trump, que intenta equilibrar la eficiencia de la administración con la gestión tradicional de los recursos humanos en un contexto de resistencia a la centralización de poder por parte de una figura externa como Musk.

Las tensiones también reflejan un panorama más amplio sobre la reforma del gobierno federal, en el que Trump y Musk buscan implementar medidas audaces para reducir el gasto y aumentar la eficiencia, mientras enfrentan la oposición de quienes temen por la privacidad y seguridad de los datos del gobierno.

Lo que está claro es que la situación no está cerca de resolverse, y la intervención de Trump podría tener consecuencias tanto dentro de su gabinete como en la forma en que el gobierno federal interactúa con las iniciativas privadas en el futuro. Mientras tanto, Musk sigue adelante con su ambiciosa agenda de transformar la burocracia federal, aunque con un panorama político cada vez más incierto.

Crédito fotográfico: John Angelillo/UPI/REX/Shutterstock


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