THE LATIN VOX (18 de octubre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrió ayer viernes las expectativas sobre un posible envío de misiles de crucero Tomahawk a Ucrania, en medio de señales de un cambio en la estrategia de la Casa Blanca hacia el conflicto con Rusia.
Durante una reunión en la Casa Blanca con el mandatario ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, Trump afirmó que Estados Unidos “necesita los Tomahawks y muchas otras cosas” que ya ha proporcionado a Ucrania durante los últimos años. “No es fácil para nosotros entregar grandes cantidades de armas tan poderosas”, señaló. “Esperemos que no sea necesario. Ojalá podamos terminar la guerra sin pensar en Tomahawks.”
Las declaraciones representaron un giro notable en el tono del presidente, que en el pasado había prometido “todo el apoyo necesario” para garantizar la defensa de Kiev. La reconsideración del envío de misiles se produjo apenas horas después de una conversación telefónica con Vladímir Putin, en la que el líder ruso advirtió que un acuerdo sobre los Tomahawk “dañaría gravemente las relaciones entre Estados Unidos y Rusia”.
Fuentes cercanas a la Casa Blanca describieron la llamada como “tensa pero pragmática” y confirmaron que el intercambio influyó directamente en la posición de Trump. “El presidente quiere mantener la puerta abierta a la negociación con Moscú”, explicó un asesor de seguridad nacional citado por medios locales.
En su encuentro con Zelenskyy, Trump reiteró su deseo de “encontrar una salida diplomática” al conflicto, aunque no ofreció nuevos compromisos de armamento. También mencionó la posibilidad de una futura reunión con Putin en Hungría, que, según dijo, podría incluir algún tipo de diálogo indirecto con Kiev. “Hay mucha sangre derramada, pero también espacio para la diplomacia”, sostuvo el mandatario.
Desde Kiev, la reacción fue contenida pero visiblemente preocupada. Funcionarios ucranianos expresaron su temor de que la ambigüedad estadounidense debilite la capacidad de disuasión frente a las fuerzas rusas, en un momento en que Moscú ha intensificado sus ataques en el este del país. “Cada arma retrasada es una ciudad más vulnerable”, declaró un portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano.
El cambio de tono en Washington refuerza la percepción de que Trump busca un equilibrio entre mantener la presión sobre Rusia y evitar un nuevo enfrentamiento directo. Sin embargo, para Ucrania, ese equilibrio puede traducirse en una reducción sustancial del apoyo militar que ha sido clave desde el inicio de la invasión.
En palabras de un diplomático europeo citado por Le Monde: “Trump está jugando a la cuerda floja. Si se aleja demasiado de Kiev, corre el riesgo de dejar a Europa sola frente a Putin.”
Por ahora, la promesa de los Tomahawk —símbolo del poder militar estadounidense— parece quedar en suspenso, junto con las esperanzas de Ucrania de recibir el respaldo decisivo que podría alterar el rumbo de la guerra.
Crédito fotográfico: PBS