THE LATIN VOX (11 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha evitado una condena de prisión tras ser hallado culpable de 34 delitos graves relacionados con falsificación de registros comerciales en el caso del dinero silenciado.
La sentencia, emitida el viernes por el juez Juan Merchan, ha sido histórica, pero también anticlimática, ya que no se le impuso una pena de cárcel ni multa. En cambio, Trump recibió una «liberación incondicional», lo que significa que será liberado sin condiciones adicionales, más allá de la designación legal de ser un delincuente convicto.
Este es un desarrollo crucial, especialmente a menos de dos semanas de la inauguración de Trump para su segundo mandato en la Casa Blanca, lo que convierte este proceso judicial en un hito sin precedentes: el primero en la historia de Estados Unidos en el que un presidente electo, o ex presidente, enfrenta una condena criminal.
Trump, quien fue condenado por falsificar registros comerciales con el fin de ocultar pagos a la estrella porno Stormy Daniels, hizo declaraciones poco antes de recibir su sentencia. A través de un video, describió el caso como «una experiencia terrible», calificándolo de «injusticia» y «caza de brujas política».
«Es una experiencia horrible. Ha sido un tremendo retroceso para Nueva York y para su sistema judicial», manifestó Trump, refiriéndose a los cargos que implican la falsificación de registros de pagos a su ex abogado Michael Cohen por los $130,000 que se le entregaron a Daniels para que guardara silencio sobre una supuesta relación sexual con Trump.
El caso ha sido objeto de intensas críticas, tanto dentro como fuera de los tribunales. Trump continuó su ataque a través de las redes sociales, donde en Truth Social escribió que «el verdadero jurado, el pueblo estadounidense, ha hablado, eligiéndome nuevamente con un mandato abrumador en una de las elecciones más trascendentales de la historia».
Sin embargo, el juez Merchan enfatizó que la victoria electoral de Trump no disminuye la gravedad del crimen cometido, subrayando que el fallo del jurado debe ser respetado.
«Las protecciones [de la presidencia] son, sin embargo, un mandato legal que, según el estado de derecho, este tribunal debe respetar y seguir. No obstante, a pesar de la extraordinaria amplitud de esas protecciones, un poder que no tienen es el de borrar un veredicto de jurado», señaló Merchan.
Trump fue encontrado culpable el 30 de mayo de 2024 por falsificar registros comerciales con el propósito de cometer un delito adicional. El fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, argumentó que Trump registró erróneamente los reembolsos a Cohen como «gastos legales», cuando en realidad estos pagos estaban destinados a cubrir un acuerdo de silencio con Daniels durante la campaña presidencial de 2016.
El tribunal, sin embargo, tomó en cuenta que la inmunidad presidencial podría ser un factor en la decisión de la sentencia, dado que Trump asumirá nuevamente el cargo de presidente dentro de poco. El juez Merchan no impuso una pena de cárcel, sino una «liberación incondicional», una medida que, según algunos observadores, refleja la influencia de la política estadounidense en el caso.
El juicio ha sido polémico, con manifestaciones tanto a favor como en contra de Trump frente al tribunal. Mientras que algunos de sus detractores, como el manifestante Paul Rabin, criticaron la falta de castigo significativo para el expresidente, alegando que el dinero y el poder juegan un papel en la evasión de la justicia, otros lo consideran víctima de una persecución política.
Con la inmunidad presidencial como uno de los elementos clave en el caso, el proceso ha sido marcado por retrasos y apelaciones. Trump, en su estilo característico, ha continuado utilizando el caso a su favor, moldeando la narrativa pública sobre su condena como un ataque de sus opositores.
A pesar de su condena, la decisión de Merchan refleja el complicado equilibrio entre la justicia y las prerrogativas presidenciales, en un país que sigue lidiando con las implicaciones de tener a un presidente electo bajo juicio penal.
Este caso, que comenzó como un episodio legal aislado, ha terminado por convertirse en un reflejo de las tensiones políticas y jurídicas que marcan la transición hacia el segundo mandato de Trump. A medida que el expresidente se prepara para asumir nuevamente el cargo, el impacto de esta condena y su falta de consecuencias severas continúan generando debate y división en la sociedad estadounidense.
Crédito fotográfico: Yuki Iwamura/AP