
THE LATIN VOX (24 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una medida que ha capturado la atención tanto a nivel nacional como internacional, el expresidente Donald Trump ha emitido una orden ejecutiva que ordena la desclasificación de miles de documentos secretos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy en 1963.
Este acto no solo responde a una larga demanda de transparencia, sino que también pone en marcha un proceso para liberar registros federales relacionados con los asesinatos de Robert F. Kennedy y Martin Luther King Jr.
El presidente Trump firmó la orden el jueves pasado, como parte de una serie de acciones ejecutivas que está tomando al inicio de su segundo mandato. En el texto de la orden, se resalta que, más de 50 años después de estos trágicos eventos, el gobierno federal aún no ha publicado todos los documentos que posee sobre estos asesinatos.
La orden subraya que tanto las familias de las víctimas como el pueblo estadounidense merecen conocer la verdad y acceder a la información completa, sin retrasos.
En sus declaraciones a los medios de comunicación, Trump aseguró: «Todo será revelado», y agregó que este es un paso significativo. «Es un gran tema», expresó al firmar la orden, dejando claro que la revelación de estos archivos podría ser un hito en la historia reciente de Estados Unidos.
La promesa de transparencia
Durante su campaña de reelección, Trump había prometido hacer públicos los últimos lotes de documentos clasificados sobre el asesinato de Kennedy, un caso que ha alimentado teorías conspirativas durante décadas.
Aunque en su primer mandato ya había realizado esfuerzos por desclasificar algunos documentos, la presión de agencias como la CIA y el FBI lo llevó a retener ciertos archivos por motivos de seguridad nacional.
Esta nueva orden busca resolver esa controversia, proporcionando acceso a documentos clave, especialmente aquellos relacionados con los eventos que llevaron a la muerte del presidente Kennedy en Dallas, y las muertes posteriores de su hermano Robert F. Kennedy en 1968, y el líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr. en 1968.
El plan de desclasificación comenzará con los archivos del asesinato de Kennedy, para los cuales se ha establecido un plazo de 15 días para desarrollar una estrategia de liberación. Los documentos relacionados con los otros dos casos deberán ser desclasificados en un plazo de 45 días. A pesar de estos plazos, aún no se sabe cuándo los archivos estarán disponibles para el público en general.
Reacciones encontradas
La medida ha generado una variedad de reacciones. Robert F. Kennedy Jr., sobrino del presidente asesinado, expresó su gratitud hacia Trump, calificando la decisión como «un gran movimiento». Kennedy, quien ha sido un crítico abierto de las versiones oficiales sobre el asesinato de su tío, añadió que el pueblo estadounidense merece más transparencia sobre estos eventos históricos. De hecho, Kennedy Jr. ha sido un firme defensor de una mayor investigación sobre la posible conspiración detrás del asesinato de John F. Kennedy.
Por otro lado, Jack Schlossberg, nieto de John F. Kennedy, condenó la decisión de Trump, tildándola de «acelerada maniobra política». Schlossberg argumentó que la desclasificación de estos documentos no contribuirá a la verdad, sino que solo se utiliza como una herramienta política sin el consentimiento de aquellos que ya no están aquí para defenderse.
El impacto de los archivos desclasificados
Aunque muchos estudiosos del caso sostienen que no se espera que los documentos liberados ofrezcan revelaciones dramáticas, el interés por conocer los detalles de estos asesinatos sigue siendo alto. Larry Sabato, director del Centro para la Política de la Universidad de Virginia, explicó que los investigadores siempre esperan encontrar «algo» significativo en los archivos desclasificados, aunque la probabilidad de descubrir una nueva pieza clave es pequeña.
Desde la década de 1990, los archivos relacionados con el asesinato de JFK han sido almacenados en una única colección en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos. Con más de cinco millones de documentos en total, la ley de 1992 exigía que todos los archivos estuvieran disponibles al público para 2017, a menos que el presidente decidiera retenerlos por razones específicas.
Durante su primer mandato, Trump mostró su intención de cumplir con esta ley, aunque se vio obligado a retrasar la liberación de ciertos documentos tras las advertencias de las agencias de inteligencia.
A día de hoy, se estima que alrededor de 3,000 documentos aún no han sido liberados, muchos de los cuales provienen de la CIA, una de las agencias más involucradas en la investigación del asesinato de JFK.
El futuro de la desclasificación
Si bien los investigadores continúan revisando los documentos desclasificados, algunos archivos aún no pueden ser publicados. Aproximadamente 500 documentos, incluidos los informes de impuestos, están fuera del alcance de la desclasificación obligatoria de 2017. Además, la destrucción de documentos a lo largo de las décadas ha limitado las posibilidades de obtener una imagen completa de los eventos que rodearon estos asesinatos.
El legado de estos asesinatos sigue siendo uno de los temas más debatidos y estudiados en la historia de Estados Unidos. Mientras el presidente Trump sigue adelante con su promesa de transparencia, queda por ver si la desclasificación de estos archivos finalmente arrojará nueva luz sobre estos trágicos eventos o si, como muchos sugieren, simplemente no cambiará la narrativa ya conocida. Sin embargo, una cosa es segura: el interés del público en estos casos sigue siendo insaciable.
Crédito fotográfico: Daily Mail UK