
THE LATIN VOX (27 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La administración de Donald Trump ha anunciado un drástico recorte en la ayuda exterior de los Estados Unidos, planeando eliminar más del 90% de los contratos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAid) y recortar un total de $60 mil millones en asistencia estadounidense en todo el mundo.
Esta medida forma parte de un esfuerzo más amplio para reducir el tamaño del gobierno federal, y refleja la visión del presidente y su aliado, Elon Musk, de que los programas de USAid son una inversión innecesaria que promueve una agenda liberal y despilfarradora.
Según un memorando interno obtenido por la Associated Press y presentaciones judiciales relacionadas con demandas federales, estos recortes dejarán pocos proyectos de USAid que los defensores puedan intentar salvar en los tribunales. La administración ha tomado medidas rápidas y agresivas para cumplir con estos recortes, lo que ha desatado una serie de batallas legales con organizaciones sin fines de lucro que tienen contratos pendientes con la agencia.
Un golpe a la asistencia internacional
El recorte anunciado será uno de los más grandes en la historia reciente de la asistencia exterior de los EE. UU., afectando a miles de programas de ayuda financiados por el gobierno estadounidense en todo el mundo.
Según el plan de la administración, se eliminarán 5,800 de los 6,200 contratos plurianuales de USAid, lo que representa una reducción de $54 mil millones. Además, otros 4,100 de los 9,100 subsidios del Departamento de Estado también serán eliminados, lo que reducirá $4.4 mil millones adicionales en ayuda.
El impacto de estos recortes será profundo, ya que muchos proyectos de ayuda que han sido fundamentales para el desarrollo económico, la estabilidad y la construcción de alianzas internacionales están en riesgo. Para muchos países que dependen de la ayuda estadounidense para proyectos de salud, educación e infraestructura, estos recortes pueden significar una interrupción masiva de la asistencia que habían recibido durante décadas.
El papel de Musk y la congelación de fondos
El multimillonario Elon Musk, quien está trabajando con la administración en lo que él llama el “departamento de eficiencia gubernamental”, ha sido un defensor clave de reducir el tamaño del gobierno. Musk, conocido por sus opiniones sobre la eficiencia y el control de los recursos, ha sido crítico con los gastos en USAid, considerándolos como una carga innecesaria para el gobierno federal.
El 20 de enero, Trump ordenó una revisión de 90 días de los programas de asistencia exterior para decidir cuáles merecían continuar. En un giro inesperado, el congelamiento de fondos afectó miles de programas en todo el mundo, paralizando proyectos que anteriormente habían sido financiados por USAid. A medida que el personal de USAid fue llamado a licencia o despedido, las organizaciones sin fines de lucro que tenían contratos con la agencia se encontraron con un futuro incierto y sin recursos.
Demandas judiciales y el futuro de la ayuda exterior
El impacto de los recortes no solo se siente en el terreno, sino que también ha desencadenado una serie de demandas legales. Organizaciones sin fines de lucro que deben miles de millones de dólares debido a la congelación de fondos han denunciado lo que consideran una maniobra para evitar cumplir con la orden de un tribunal que exigía la liberación de los fondos antes de la medianoche del miércoles. Los abogados de estas organizaciones afirman que las terminaciones masivas de contratos son una táctica para eludir esta obligación.
El Departamento de Estado, por su parte, ha afirmado que Marco Rubio, el Secretario de Estado, revisó las terminaciones. Sin embargo, el ambiente sigue siendo de incertidumbre, ya que la administración finalmente comenzó a liberar algunos pagos de USAid después de un mes de congelamiento, aunque los montos liberados no son ni una fracción de los miles de millones de dólares aún adeudados.
La visión de Trump sobre la ayuda exterior
La postura de Trump sobre la ayuda exterior ha sido consistente a lo largo de su mandato. El presidente ha insistido en que los fondos destinados a la ayuda internacional deberían ser reducidos, argumentando que la asistencia no ha demostrado ser efectiva para los intereses estadounidenses y que la política exterior debería ser más centrada en los resultados directos. A pesar de las críticas, Trump sigue buscando una reducción drástica de la ayuda exterior como una forma de ajustar el gasto federal.
Para muchos observadores internacionales, los recortes de la administración Trump representan un giro significativo en la política estadounidense, que históricamente ha promovido la asistencia como una herramienta para fomentar la estabilidad y la cooperación global. Ahora, bajo el liderazgo de Trump y Musk, parece que la política estadounidense hacia la ayuda exterior está en un proceso de transformación radical, cuyas consecuencias podrían redefinir las relaciones diplomáticas y económicas de EE. UU. con el resto del mundo.
Perspectivas de futuro
Aunque las demandas judiciales siguen en curso, el impacto de estos recortes se extenderá mucho más allá de los tribunales. Las naciones que dependen de la ayuda estadounidense para programas clave de desarrollo se verán obligadas a buscar fuentes alternativas de financiamiento, mientras que las organizaciones que trabajan en terreno enfrentan un futuro incierto. A medida que el presidente Trump y su equipo continúan implementando estas políticas, el panorama de la asistencia exterior de los EE. UU. se está redefiniendo de una manera que podría tener efectos duraderos en la diplomacia global.
En última instancia, el recorte de más del 90% de los contratos de USAid no solo será un cambio en la política de ayuda exterior, sino una declaración clara sobre las prioridades de la administración Trump en su segundo mandato, que parece estar centrada en reducir el tamaño del gobierno federal, incluso a costa de la influencia global de los Estados Unidos.
Crédito fotográfico: KAYLA BARTKOWSKI / AFP