THE LATIN VOX (12 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El próximo 20 de enero, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca para un segundo mandato, el tradicional desfile de líderes internacionales que buscan ser los primeros en reunirse con el nuevo presidente estadounidense podría tomar un giro inesperado.
Según fuentes diplomáticas del Reino Unido, el primer ministro británico, Keir Starmer, podría no ser el primero en ser invitado a la Casa Blanca, ya que Trump podría optar por recibir a figuras políticas de la derecha populista europea, como la italiana Giorgia Meloni y el primer ministro húngaro Viktor Orbán, antes que al líder laborista.
El gobierno de Downing Street y el Ministerio de Asuntos Exteriores británico están presionando para que Starmer sea uno de los primeros en la lista de visitas tras la toma de posesión, como ocurrió en enero de 2017 cuando la entonces primera ministra Theresa May fue la primera líder extranjera en reunirse con Trump.
Sin embargo, diplomáticos de alto rango advierten que Trump podría preferir dar la bienvenida a sus «compañeros de alma» de la extrema derecha, en lugar de a líderes de centro-izquierda o socialdemócratas, como Starmer.
La diplomacia británica ya está haciendo gestiones a través de la embajada del Reino Unido en Washington, con la esperanza de asegurar una posición destacada para Starmer. Sin embargo, algunos observadores políticos no descartan la posibilidad de que Trump prefiera priorizar a figuras como Meloni y Orbán, quienes comparten sus puntos de vista y han cultivado una relación cercana con él.
En círculos cercanos a Trump, ya se ha hablado abiertamente de su desaprobación hacia el gobierno de Starmer, etiquetándolo de «socialista de izquierda», lo que hace aún más incierto el lugar que ocupará el primer ministro británico en la lista de visitas.
Aunque esta situación podría resultar incómoda para Starmer en el corto plazo, los diplomáticos coinciden en que no representaría un problema duradero para las relaciones entre el Reino Unido y los Estados Unidos.
En palabras de Peter Ricketts, ex embajador del Reino Unido en París, «Starmer y su equipo deben estar preparados para este tipo de eventualidades. La clave está en la sustancia de la relación, más que en quién se encuentra primero con Trump».
Ricketts sugiere que, en caso de ser recibido, Starmer debería centrarse en aspectos clave de la relación bilateral, evitando confrontaciones y buscando una agenda que beneficie tanto a Reino Unido como a Estados Unidos.
El estilo de Trump, conocido por su enfoque pragmático y transaccional, también ha sido objeto de análisis entre los diplomáticos. Un diplomático con experiencia en Estados Unidos recomendó que, en caso de tener una audiencia con el presidente, Starmer debería «mantener la conversación ligera» y evitar detalles políticos excesivos, especialmente sobre temas complicados como Ucrania, ya que Trump tiende a desconectarse o cambiar de tema rápidamente en tales discusiones.
«A Trump le gustan las conversaciones personales y fluidas. No se debe parecer necesitado o pedir demasiado; eso lo encuentra despectivo», indicó el diplomático.
En la misma línea, Nigel Sheinwald, ex embajador del Reino Unido en Estados Unidos, destacó que, aunque las relaciones con Trump suelen ser complicadas, no necesariamente el primer encuentro con Starmer será confrontacional. «Trump puede ser cortés y le gusta el Reino Unido y sus tradiciones», explicó Sheinwald, sugiriendo que Starmer debería estar preparado para un «encuentro sin formalidades», donde la flexibilidad y la disposición para adaptarse al estilo impredecible de Trump serán cruciales.
La relación entre Trump y Meloni ha ido en aumento, con la líder italiana reuniéndose con el presidente electo la semana pasada en su residencia de Mar-a-Lago. Trump elogió a Meloni, quien se ha ganado el respeto de muchos por su enfoque firme hacia los desafíos políticos de Europa.
En sus declaraciones, Trump afirmó: «Estoy aquí con una mujer fantástica. Ella ha conquistado Europa». La estrecha relación entre ambos líderes podría llevar a que Meloni sea una de las primeras invitadas a Washington, lo que subraya aún más las tensiones dentro del panorama político europeo en el contexto de la administración Trump.
En este sentido, el primer encuentro entre Starmer y Trump, en caso de que se concrete, será observado con atención. Mientras la política internacional se reconfigura en torno a nuevas alianzas y desafíos, la respuesta del gobierno británico ante este «desfile de belleza» político será un testimonio clave de la diplomacia y la flexibilidad que se requiere para navegar las complejidades de la relación transatlántica bajo el segundo mandato de Donald Trump.
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