THE LATIN VOX (24 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Donald Trump se ha convertido en el blanco de burlas y críticas tras exigir públicamente la retirada de su retrato en el Capitolio de Colorado.
El presidente de los Estados Unidos arremetió contra la pintura, calificándola de «realmente la peor», lo que desató una avalancha de comentarios en las redes sociales.
Su reacción desmesurada generó risas tanto entre sus críticos como entre algunos de sus propios seguidores republicanos, quienes tildaron su actitud de «mesquina».
Trump, quien recurrió a su plataforma Truth Social el pasado domingo, compartió una imagen de la obra y se quejó de la misma, culpando al gobernador de Colorado, Jared Polis, de su calidad. No dudó en insultar al mandatario demócrata, calificándolo de «radicalmente de izquierda». Curiosamente, la pintura fue encargada por un admirador republicano de Trump, lo que añade una capa de ironía a la situación.
A pesar de que la crítica parecía ser dirigida a Polis, la obra fue revelada por un grupo republicano en 2019, cuando un ex senador estatal republicano recaudó casi 10,000 dólares para encargarla. Esto pone en evidencia la contradicción de Trump, quien, a pesar de haber criticado el retrato, se ve vinculado a su creación, un hecho que no pasó desapercibido para sus detractores.
Reacciones sarcásticas y burlas en redes sociales
Los comentarios y reacciones en redes sociales fueron inmediatos. Sam Stein, periodista de MSNBC, escribió en X que no podía dejar de reírse ante la indignación de Trump por su retrato, que calificó de «objetivamente malo».
A su vez, el abogado republicano Ron Filipkowski, editor del sitio web liberal MeidasTouch Network, calificó a Trump como «la nieve más frágil y sensible de la historia», compartiendo una captura del post de Truth Social del presidente. La cuenta «Republicanos Contra Trump» no se quedó atrás y también compartió la publicación, llamando a Trump «un bebé inseguro y petty (mezquino)».
Las demandas de Trump: Una «distorsión intencional»
Trump alegó sin presentar pruebas que su retrato había sido «intencionadamente distorsionado» y, al mismo tiempo, comparó su imagen con la de su predecesor demócrata, Barack Obama, quien según él «se ve maravilloso» en su propio retrato en el Capitolio de Colorado.
Sin embargo, la indignación de Trump no parece tener fundamento, ya que la pintura fue encargada por un grupo republicano en 2019, lo que hace aún más desconcertante su reacción.
El presidente también aprovechó la oportunidad para lanzar duras críticas a Polis, afirmando que el gobernador «debería sentirse avergonzado». La guerra de los retratos entre Trump y los demócratas de Colorado parece haber alcanzado un punto álgido, pero aún no está claro qué exactamente desató la furia del mandatario estadounidense.
Un capítulo más en la historia del Capitolio de Colorado
El incidente con el retrato de Trump no es el primer episodio polémico relacionado con las imágenes de líderes políticos en el Capitolio de Colorado.
Durante los primeros años de la presidencia de Trump, no hubo un retrato suyo en el edificio, y en 2018, un activista político liberal colocó un gran retrato de Vladimir Putin, un líder que Trump ha elogiado públicamente, en el espacio vacío destinado a la imagen del presidente estadounidense. La pintura fue rápidamente retirada por el personal del Capitolio.
El ex senador republicano Kevin Grantham fue quien recaudó dinero a través de una campaña de GoFundMe para colgar el retrato de Trump, un gesto que ahora parece haber causado una gran molestia en el mismo Trump.
Reacciones del gobernador Polis
A pesar de la disputa, un portavoz del gobernador Polis comentó a KUSA, una estación de noticias de Colorado, que este se mostró «sorprendido» al enterarse de que Trump era un «aficionado» del Capitolio estatal y de su arte.
El portavoz añadió con tono diplomático que «apreciamos el interés del presidente y de todos en nuestro Capitolio, y siempre estamos buscando oportunidades para mejorar la experiencia de los visitantes».
El incidente ha dejado claro que, además de ser una figura polarizadora en la política estadounidense, Trump continúa siendo el centro de atención, incluso por cuestiones tan aparentemente triviales como un retrato en un edificio público.
La demanda de su retirada y las reacciones que ha generado demuestran, una vez más, la sensibilidad del presidente ante cualquier crítica o percepción negativa sobre su imagen.
Este último episodio resalta no solo la inseguridad de Trump, sino también cómo la política, las redes sociales y la vanidad se entrelazan en el escenario público estadounidense, mientras el país sigue lidiando con las complejidades de su legado político y la figura de su mandatario.
Crédito fotográfico: AP, EPA