
THE LATIN VOX (13 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha revelado que ha mantenido una conversación telefónica «larga y productiva» con el presidente ruso, Vladimir Putin, y que ambos han acordado comenzar negociaciones para un alto el fuego en Ucrania.
La propuesta de Trump ha sorprendido a muchos, y mientras el diálogo parece ser una vía hacia la paz, sus implicaciones geopolíticas están generando inquietud, especialmente en Kiev y entre los aliados europeos de Estados Unidos.
En declaraciones realizadas desde la Casa Blanca, Trump indicó que no tenía objeciones a que Ucrania no fuera miembro de la OTAN y sugirió que, en las negociaciones, sería «poco probable» que Ucrania recuperara todos los territorios que Rusia ha ocupado desde 2014.
Para el mandatario, lo más importante es detener la guerra y evitar más muertes, destacando que la cesión de territorio no le preocupaba tanto como la paz misma.
Su enfoque de rápida negociación, que incluye la posibilidad de que Ucrania ceda partes de su territorio, ha alarmado a muchos en Kiev. La idea de que la integridad territorial de Ucrania pueda estar en juego ha generado fuertes reacciones, ya que muchos temen que la administración Trump esté dispuesta a hacer concesiones a Putin con el fin de alcanzar un acuerdo lo más rápido posible, sin importar los costos para Ucrania.
El papel de los aliados europeos y las reacciones internacionales
El anuncio de Trump se produce en un contexto de creciente tensión en Europa. La administración estadounidense, a través de su secretario de Defensa, Pete Hegseth, también ha indicado que Ucrania no debería esperar recuperar todos los territorios perdidos desde la invasión rusa de 2022.
Hegseth dejó claro que Ucrania tendría que aceptar una «realidad geopolítica» en la que su objetivo de restaurar las fronteras previas a 2014 podría ser inalcanzable, un mensaje que ha preocupado tanto a Ucrania como a sus aliados europeos.
Mientras tanto, las reacciones en Europa no se hicieron esperar. La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, enfatizó que los intereses de Ucrania deben ser protegidos en cualquier futuro acuerdo de paz, y el ministro francés, Jean-Noël Barrot, subrayó que Europa no puede ser excluida de las negociaciones.
La preocupación principal radica en que las decisiones sobre el futuro de Ucrania y de Europa se están tomando sin la participación activa de los países del continente, que consideran esencial tener un asiento en la mesa de negociaciones.
El controversial intercambio de recursos y la propuesta de Trump
Una de las propuestas más inquietantes de Trump ha sido su mención de que, a cambio de proporcionar asistencia militar a Ucrania, Estados Unidos buscaría asegurar el acceso a los minerales raros y otros recursos naturales del país.
Esta oferta de cooperación económica y de recursos ha generado preocupaciones en Kiev, que teme que las necesidades estratégicas de Ucrania en términos de seguridad queden subordinadas a intereses comerciales y económicos de los Estados Unidos.
Sin embargo, la administración de Zelenskyy, en público al menos, ha mostrado su apoyo a las conversaciones. Zelenskyy destacó que Ucrania está dispuesta a participar en las negociaciones para alcanzar una paz duradera, aunque los detalles sobre cómo se llevará a cabo este proceso siguen siendo inciertos. La propuesta de Trump de un encuentro en Arabia Saudita entre él y Putin ha generado especulaciones sobre el rumbo de las futuras conversaciones.
La geopolítica en juego
El acercamiento de Trump a Putin también ha provocado debates sobre el futuro de las relaciones internacionales. Mientras la administración Biden había insistido en que Ucrania debería tener el control sobre cuándo y cómo se inician las conversaciones de paz, la posición de Trump sugiere una postura más pragmática en la que la influencia de Estados Unidos sobre la resolución del conflicto es central.
No obstante, muchos analistas se muestran escépticos sobre la viabilidad de este enfoque, ya que la postura maximalista de Rusia, que exige la neutralidad de Ucrania y la renuncia a su aspiración a unirse a la OTAN, sigue siendo un obstáculo importante.
El mundo observa con atención cómo se desarrollarán las negociaciones, mientras Ucrania y Europa se enfrentan a una disyuntiva crucial: ¿es posible una paz duradera sin comprometer la soberanía y la seguridad de Ucrania? ¿Y qué papel desempeñará Europa en el futuro acuerdo, si es que se alcanza uno?
Mientras tanto, las conversaciones entre Trump y Putin continúan, y el presidente estadounidense ha dejado claro que su principal objetivo es poner fin a la guerra y evitar más sufrimiento humano. No obstante, las repercusiones de sus propuestas en la región y en el equilibrio geopolítico global podrían ser profundas y duraderas. La paz parece estar al alcance, pero los sacrificios que podría implicar siguen siendo una cuestión de debate.
Crédito fotográfico: Le Monde