![](https://thelatinvox.com/wp-content/uploads/2025/01/1x-1-2-1024x698.webp)
THE LATIN VOX (29 de enero del 2025).-Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
La reciente decisión de la administración de Donald Trump de revocar la autorización de seguridad y el detalle de guarda del general retirado Mark Milley, ex presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, marca un nuevo capítulo en las tensas relaciones entre el expresidente y sus críticos dentro de las fuerzas armadas.
La medida, anunciada por el nuevo secretario de Defensa Pete Hegseth, no solo refuerza el distanciamiento de Trump de aquellos que lo han desafiado, sino que también pone en primer plano las tensiones que persisten entre los líderes militares y la administración de Trump.
Mark Milley, quien sirvió como presidente del Estado Mayor Conjunto durante el primer mandato de Trump, se destacó por sus críticas al expresidente, especialmente tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Su postura valiente contra la conducta de Trump durante la insurrección, que calificó de «fascista», y su negativa a involucrarse en maniobras políticas que pudieran comprometer la integridad de las instituciones estadounidenses, lo colocaron en la mira del exmandatario y sus aliados.
El secretario de Defensa Pete Hegseth, nombrado en la administración de Trump, justificó la medida diciendo que la acción contra Milley busca «preservar la cadena de mando», un principio fundamental para la seguridad nacional. En un comunicado, Joe Kasper, quien fue jefe de personal del Departamento de Defensa bajo Trump, afirmó: «Socavar la cadena de mando es perjudicial para nuestra seguridad nacional», en lo que parece una crítica directa a la postura de Milley frente a las decisiones de Trump.
Esta acción no es aislada. Durante el último día de su mandato, Joe Biden emitió un indulto preventivo para Milley y otros funcionarios que se habían enfrentado a Trump, como medida de protección frente a posibles represalias políticas.
Biden defendió la decisión argumentando que Milley y sus colegas «no merecen ser blanco de persecuciones injustas y políticamente motivadas». Esta acción del presidente demócrata subraya las profundas divisiones que existen en la política estadounidense sobre la figura de Trump y su manejo de los críticos dentro de las estructuras del poder.
Trump, por su parte, ha sido vocal en sus críticas hacia Milley, llegando a sugerir en un momento que el general debería ser ejecutado por haber mantenido conversaciones confidenciales con autoridades chinas durante su mandato.
La relación entre ambos se deterioró aún más cuando la fotografía de Milley fue retirada de las paredes del Pentágono poco después de que Trump asumiera su segundo mandato, un símbolo de la creciente hostilidad entre el exmandatario y la cúpula militar.
El reciente movimiento de la administración no solo ha dejado en evidencia el trasfondo de las disputas internas dentro de las fuerzas armadas, sino que también refleja una estrategia más amplia de Trump para consolidar su poder político y personal al eliminar a aquellos que se le oponen, incluso dentro de instituciones tradicionales como el Ejército.
El hecho de que el Pentágono esté revisando ahora el rango militar de Milley a petición de Hegseth, añade una capa adicional de tensión. Esta evaluación podría tener implicaciones a largo plazo sobre la percepción pública del general y su legado, además de enviar un mensaje claro a otros posibles críticos dentro de la estructura militar y gubernamental.
Mientras tanto, la figura de Milley sigue siendo un símbolo de resistencia para muchos dentro del Ejército, quienes lo ven como un líder que defendió la integridad de las instituciones frente a la interferencia política. Su enfrentamiento con Trump refleja las divisiones profundas dentro de las élites políticas y militares de Estados Unidos, y plantea preguntas sobre el futuro de la democracia y la independencia de las fuerzas armadas en un país marcado por la polarización política.
En este contexto, las decisiones de la administración Trump, como la revocación de la autorización de seguridad de Milley, pueden ser vistas como un intento de restablecer el control sobre las instituciones, pero también como un recordatorio de las tensiones que siguen definiendo la política estadounidense.
Crédito fotográfico: Bloomberg