
THE LATIN VOX (25 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Donald Trump ha tomado una decisión controvertida al revocar la protección de seguridad para tres de sus exfuncionarios clave, a pesar de las advertencias de amenazas persistentes por parte de Irán.
Mike Pompeo, el exsecretario de Estado de Trump, Brian Hook, un exalto asesor, y John Bolton, su exasesor de seguridad nacional, han tenido sus detalles de seguridad cancelados dentro de las primeras 72 horas del regreso de Trump a la Casa Blanca en su segundo mandato.
Este movimiento ha provocado inquietud, ya que ambos Pompeo y Bolton, así como Hook, fueron objetivos de represalias por sus acciones durante la presidencia de Trump, las cuales incluyeron decisiones que llevaron a Irán a considerarlos figuras clave a eliminar.
Entre los momentos más críticos de la primera administración de Trump se encuentra el asesinato en enero de 2020 del general Qassem Suleimani, comandante de la Fuerza Quds de Irán, un ataque aéreo ordenado por el entonces presidente Trump que agravó aún más las tensiones con Teherán.
A pesar de las amenazas claras que siguen persiguiendo a estos funcionarios, la administración Biden había extendido la protección de seguridad para ellos, reconociendo el riesgo que enfrentaban.
Los servicios de inteligencia de EE.UU. habían determinado que Pompeo, Hook y Bolton seguían siendo blancos de Irán, debido a las decisiones que tomaron durante la gestión de Trump. Sin embargo, Trump ha optado por revocar estas medidas de seguridad, aparentemente ignorando las recomendaciones del gobierno de Biden.
Este cambio de postura marca un giro significativo en la política de seguridad, ya que bajo el protocolo de EE.UU., los altos funcionarios fuera de los expresidentes y sus cónyuges no tienen derecho automático a protección continua.
Sin embargo, la situación se complica cuando se trata de individuos que enfrentan amenazas claras de grupos como la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), como es el caso de Bolton. De hecho, en septiembre del año pasado, el Departamento de Justicia de EE.UU. reveló que un miembro presunto de la IRGC, Shahram Poursafi, había intentado contratar a personas para asesinar a Bolton entre octubre de 2021 y abril de 2022. Poursafi fue acusado en 2022 por su participación en este complot de asesinato.
Bolton, que se ha convertido en un crítico feroz de Trump después de su salida de la administración, expresó su decepción pero no sorpresa ante la revocación de su protección. En un correo electrónico enviado al Hill, el exasesor de seguridad nacional señaló que, aunque entendía la decisión, la seguridad de los exfuncionarios debería ser considerada una prioridad en momentos de amenaza tangible.
La revocación de estas medidas de seguridad no solo pone en riesgo a estos exfuncionarios, sino que también subraya la complejidad de la política exterior de EE.UU. en relación con Irán.
Mientras Trump parece seguir sus propios intereses políticos y sus desacuerdos con la administración Biden, el hecho de que estas figuras sigan siendo objetivos de Irán resalta la persistente tensión geopolítica en la región y la importancia de garantizar la protección de quienes estuvieron en el centro de decisiones cruciales de política exterior.
Esta situación podría desencadenar un debate más amplio sobre la seguridad y las responsabilidades de los funcionarios que, aunque ya no estén en funciones, siguen siendo el objetivo de grupos hostiles debido a las decisiones que tomaron durante su tiempo en el poder.
Crédito fotográfico: CNN