THE LATIN VOX (1 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Desde que Donald Trump asumió la presidencia por primera vez, sus políticas ambientales han estado marcadas por el objetivo de desmantelar las regulaciones relacionadas con el cambio climático, a menudo en favor de la industria de los combustibles fósiles.
Con su regreso a la Casa Blanca como presidente electo, ha reiterado su promesa de “detener la ola de litigios frívolos de los extremistas ambientales”. Sin embargo, expertos advierten que, aunque Trump logre frenar ciertas acciones, las demandas judiciales contra las grandes petroleras por engañar al público sobre la crisis climática tienen un camino claro hacia el futuro.
Un camino incierto para frenar los litigios
Trump ha prometido que su administración luchará contra lo que considera una «litigiosidad absurda», en la que los estados y municipios han demandado a las grandes compañías petroleras por su papel en ocultar los riesgos climáticos de sus productos. A pesar de sus esfuerzos, los expertos señalan que, aunque Trump tenga la capacidad de influir políticamente, no podrá bloquear por completo estos litigios.
La razón principal es que el gobierno federal no es parte demandante ni demandado en ninguno de estos casos, lo que significa que el resultado no dependerá directamente de la administración de Trump. Además, dado que la mayoría de los casos han sido presentados en tribunales estatales, el presidente no tiene la capacidad de nombrar jueces para estos tribunales.
Sin embargo, si algún caso llega a los tribunales federales, lo que las compañías petroleras han buscado sin éxito, los jueces designados por Trump podrían fallar a favor de la industria de los combustibles fósiles, lo que podría generar un cambio significativo en la dinámica de las demandas.
El impacto de la Corte Suprema
El mayor impacto que Trump podría tener en estos litigios climáticos se encuentra en la Corte Suprema de los Estados Unidos. Durante su primer mandato, Trump designó a tres jueces, incluidos dos con vínculos con la industria de los combustibles fósiles, lo que podría influir en la interpretación de los casos relacionados con el cambio climático.
En diciembre de 2024, el fiscal general de la administración Biden instó a la Corte Suprema a rechazar las solicitudes de las compañías petroleras que buscan desestimar dos demandas importantes por responsabilidad climática.
Aunque Trump podría intentar influir en la Corte, los expertos subrayan que la corte no siempre sigue las recomendaciones del gobierno, lo que significa que, aunque el gobierno de Trump intente inclinar la balanza a favor de las petroleras, no hay garantía de que la Corte Suprema lo acepte.
¿Inmunidad legal para la industria de los combustibles fósiles?
Además de las maniobras judiciales, Trump podría buscar el apoyo del Congreso, que ahora está dominado por los republicanos, para proporcionar inmunidad legal a la industria de los combustibles fósiles frente a estas demandas.
Sin embargo, este escenario es poco probable, incluso con una mayoría republicana, ya que se necesitarían al menos 60 votos en el Senado para romper el obstruccionismo, lo que implicaría obtener el apoyo de siete senadores demócratas, algo que los expertos consideran improbable.
Aumento de las demandas por responsabilidad climática
A pesar de las promesas de Trump de reducir las regulaciones ambientales, las demandas por responsabilidad climática siguen ganando terreno. En diciembre, una ciudad de Carolina del Norte presentó la primera demanda del país contra una empresa eléctrica por su impacto en el cambio climático.
Además, en noviembre, Maine demandó a las grandes petroleras, mientras que un condado de Kansas presentó una demanda alegando que las compañías de combustibles fósiles habían llevado a cabo una «campaña de fraude y engaño durante décadas sobre la reciclabilidad de los plásticos».
Según Richard Wiles, presidente del Center for Climate Integrity, las demandas por la responsabilidad climática están avanzando, ya que las ciudades y estados buscan justicia frente a los daños causados por el cambio climático y las mentiras de las grandes petroleras sobre sus efectos. Wiles afirma que, sin importar la administración en la Casa Blanca, estas demandas continúan con una «vía clara hacia adelante».
¿El futuro de la litigiosidad climática?
Aunque la administración Trump puede intentar socavar el poder de las demandas climáticas, estas han demostrado ser una vía efectiva para que las comunidades busquen justicia y responsabilidad por los impactos del cambio climático. A medida que las empresas continúan enfrentando una creciente presión por sus prácticas engañosas, los litigios no solo se ven como una forma de responsabilizar a la industria de los combustibles fósiles, sino también como una herramienta para inspirar cambios significativos en las políticas ambientales y climáticas.
El 2025 podría ser un año clave para determinar cómo se desarrollarán estas demandas. Si bien Trump puede continuar con su agenda de desregulación y apoyo a la industria del petróleo, el camino hacia la justicia climática podría estar más allá del alcance de cualquier administración, con un sistema judicial y un pueblo cada vez más consciente de los costos del cambio climático.
Crédito fotográfico: The Conversation