EE.UU: Trump y Vance respaldan activistas anti-aborto en la Marcha por la Vida 2025

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THE LATIN VOX (25 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Ayer, miles de manifestantes se reunieron en el National Mall de Washington para participar en la Marcha por la Vida, el evento más grande del país en defensa de la causa antiaborto.

En un discurso que resonó fuertemente entre los asistentes, tanto el expresidente Donald Trump como su vicepresidente JD Vance reafirmaron su apoyo a los activistas antiabortistas, haciendo importantes promesas en cuanto a la política judicial y la eliminación de lo que consideran persecuciones contra los defensores de la vida.

Vance, durante su intervención, destacó la decisión del presidente Trump de indultar a varios activistas antiaborto que habían sido condenados por violar la Ley Federal de Acceso Libre a las Entradas de Clínicas, más conocida como la «Face Act».

Esta ley penaliza a quienes bloquean el acceso a las clínicas de salud reproductiva, entre otras medidas para proteger el derecho de las personas a acceder a servicios legales. “Ya no vamos a permitir que nuestro gobierno arroje a los activistas pro-vida – ya sean ancianos, abuelos o cualquiera – a la cárcel. Eso se acabó el lunes, y no vamos a dejar que vuelva a ocurrir en este país”, afirmó Vance, en un claro mensaje a los miles de participantes.

Por su parte, Trump, a través de un mensaje pregrabado, manifestó que estaba «liberando a los cristianos y activistas pro-vida que fueron perseguidos por el régimen de Biden por rezar y vivir su fe». Enfatizó que la persecución religiosa no tendría cabida en Estados Unidos bajo su liderazgo. Estas palabras fueron recibidas con grandes vítores por la multitud, que veía en su retorno una oportunidad para fortalecer sus creencias y objetivos.

Un giro en la política judicial

El respaldo a los activistas antiaborto no solo se limitó a palabras. Trump y Vance aseguraron que el Departamento de Justicia de EE. UU. ya no procesaría a quienes bloqueen o interfieran en el acceso a las clínicas. El perdón a los activistas condenados por bloquear entradas de clínicas se presenta como una señal de que la nueva administración planea cambiar el enfoque judicial, protegiendo a los defensores de la vida en lugar de procesarlos, como ocurrió bajo el gobierno de Biden.

Sin embargo, la ausencia de menciones a políticas clave relacionadas con los derechos reproductivos, como la posibilidad de aplicar una ley de anti-vice del siglo XIX que podría prohibir el aborto a nivel nacional, dejó espacio para la especulación. Los defensores del derecho al aborto también notaron la omisión de cualquier referencia a la política de Ciudad de México, también conocida como la «regla global de censura», que restringe la financiación a organizaciones internacionales que promuevan el aborto.

Una marcha de reafirmación

La Marcha por la Vida de este año fue mucho más que un evento político; para muchos, fue un recordatorio de la importancia de seguir luchando por sus creencias en torno al derecho a la vida. Además de los discursos de Trump y Vance, la multitud aclamó a figuras políticas como el líder de la mayoría del Senado, John Thune, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Pero fue el entusiasmo hacia Trump y Vance lo que marcó la diferencia, con gritos de “JD! JD! JD!” resonando por todo el lugar, al tiempo que las camisetas con el lema «Make America Great Again» y los icónicos gorros rojos se vendían a los participantes.

El tono de la marcha fue eufórico. Muchos de los asistentes expresaron su convicción de que la elección de Trump como presidente sería un regreso a la influencia de los movimientos pro-vida, después de una serie de derrotas electorales que vieron como una derrota para su causa. «Siento que la marea está cambiando. Es un alivio hablar de Dios otra vez», afirmó Marie Summergren, una asistente de 64 años de Pennsylvania.

Aborto: Entre la ciencia y la fe

Mientras la multitud aclamaba las promesas de Trump y Vance, las opiniones sobre el aborto siguieron siendo firmes y sin concesiones. Jóvenes como Henry Cooper, de 18 años, creían que «la vida humana comienza en la concepción» y sostenían que el aborto nunca es médicamente necesario, excepto en casos muy específicos, como el embarazo ectópico.

Esta visión se mantuvo en línea con la doctrina de la «persona del feto», que defiende que los embriones y fetos deben ser reconocidos como sujetos de derechos legales, lo que, de aplicarse plenamente, podría resultar en la criminalización del aborto en todo el país.

Por otro lado, la comunidad médica y de derechos reproductivos continúa advirtiendo sobre los peligros de las políticas restrictivas del aborto. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos ha reiterado que el acceso al aborto es una necesidad médica en ciertas circunstancias, y que las prohibiciones podrían poner en peligro la vida de muchas mujeres.

Perspectivas futuras

Con un regreso de Trump y Vance al poder, los activistas antiaborto parecen estar alcanzando un nuevo nivel de influencia en la política estadounidense. Sin embargo, los desafíos siguen siendo enormes. A medida que los movimientos por los derechos reproductivos continúan luchando por mantener su territorio legal y cultural, la batalla por la legalidad del aborto y los derechos de las mujeres está lejos de ser resuelta.

La Marcha por la Vida de este año ha sido un claro recordatorio del poder del movimiento pro-vida en los Estados Unidos, pero también pone de relieve las tensiones cada vez más profundas entre los valores conservadores y los derechos fundamentales de las mujeres.

En un contexto de políticas divididas, la pregunta sigue siendo: ¿cómo se equilibrarán las creencias religiosas y los derechos reproductivos en un país tan polarizado? La respuesta podría estar en la Corte Suprema, el Congreso y, en última instancia, en las elecciones presidenciales del 2024.

Crédito fotográfico: France 24


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