El video, que pretendía mostrar la destrucción de boletas electorales en Pensilvania, ha sido evaluado como una operación de desinformación liderada por actores rusos, en un nuevo intento por influir en la percepción pública en el periodo previo a las elecciones.
En un reciente informe, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos ha señalado que operativos rusos estarían detrás de un video falsificado que circula en redes sociales, en el cual se muestran presuntas boletas electorales siendo destruidas en el estado de Pensilvania. Este video, que rápidamente ganó popularidad en internet, resultó ser parte de una elaborada campaña de desinformación con el objetivo de sembrar dudas sobre la integridad del proceso electoral estadounidense.
De acuerdo con fuentes cercanas a la investigación, el video muestra imágenes manipuladas en las que se observa a un supuesto trabajador electoral destruyendo pilas de boletas. Los investigadores han determinado que la producción y difusión del video fue intencionalmente diseñada para evocar desconfianza en los sistemas electorales y alterar la percepción pública, tanto en el país como en el extranjero. Las autoridades señalaron que el video fue compartido en múltiples plataformas sociales y foros de internet con la intención de viralizar el contenido y aprovecharse de la susceptibilidad de ciertos segmentos del electorado.
Los operativos rusos detrás de la campaña emplearon una red de perfiles falsos en redes sociales y cuentas automatizadas para amplificar la difusión del video. Según el análisis, estas cuentas aprovecharon etiquetas populares y lograron insertarse en discusiones sobre las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, creando una narrativa que fue absorbida por varios usuarios y replicada en otros contextos. Esta táctica ha sido utilizada en campañas de desinformación anteriores, pero lo preocupante, apuntan los analistas, es la sofisticación de esta operación específica, que demuestra un mayor nivel de coordinación y recursos.
Funcionarios de inteligencia estadounidense han advertido reiteradamente sobre los esfuerzos de Rusia para interferir en los procesos democráticos de EE. UU., como sucedió en las elecciones de 2016. La proliferación de contenido falso sobre el sistema electoral estadounidense representa, según expertos, una amenaza significativa para la seguridad nacional y para la confianza del público en el sistema electoral. Además, este tipo de campañas ha resaltado el desafío que las grandes plataformas digitales enfrentan para controlar y moderar contenido potencialmente dañino.
El portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) manifestó que la colaboración entre el sector público y el privado será crucial para mitigar el impacto de estas campañas de desinformación. «La transparencia y la rápida respuesta por parte de las redes sociales son fundamentales para detener la propagación de contenido falsificado,» declaró el portavoz. En respuesta, las plataformas principales han comenzado a etiquetar el contenido relacionado con las elecciones con advertencias de desinformación y han prometido una revisión exhaustiva de los materiales electorales que se publiquen en los próximos meses.
El efecto del video en el electorado de Pensilvania y otros estados ha sido considerable, especialmente en zonas donde el escepticismo sobre la integridad del sistema electoral es más fuerte. Expertos en comunicación política han señalado que los ciudadanos deben ser cautelosos y verificar las fuentes antes de compartir información, especialmente en un periodo tan sensible como el preelectoral. Asimismo, varias organizaciones han lanzado campañas para educar al público sobre la importancia de identificar y reportar contenido falso en redes.
Ante esta situación, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido una declaración advirtiendo a Rusia sobre las posibles consecuencias de intervenir en los procesos democráticos de otras naciones. A su vez, se informó que Washington planea coordinar con sus aliados europeos para contrarrestar cualquier tipo de interferencia similar en sus próximas elecciones.
La comunidad de inteligencia también ha advertido que, aunque este caso esté centrado en Rusia, otras naciones podrían adoptar tácticas similares en futuros procesos electorales.