El 12 de noviembre de 2024, la Administración Federal de Aviación (FAA) anunció que prohibirá a las aerolíneas estadounidenses volar a Haití durante 30 días después de que pandillas dispararan a dos aviones, uno de Spirit Airlines y otro de JetBlue, mientras intentaban aterrizar en el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture en Puerto Príncipe. La ONU también ha decidido suspender los vuelos, limitando el flujo de ayuda humanitaria y personal hacia el país.
El incidente ocurrió durante una ola de violencia que estalló cuando Haití juró a su nuevo primer ministro en un proceso político tumultuoso. La violencia dejó al aeropuerto y gran parte de la capital en un estado de congelación, con escuelas, bancos y oficinas gubernamentales cerrados. Las calles, donde la víspera habían tenido un intenso tiroteo entre pandillas y policías, estaban desiertas, con pocos vehículos circulando.
El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, calificó el ataque a los aviones como un acto de terrorismo y pidió que las pandillas sean declaradas grupos terroristas. La ONU ha documentado 20 enfrentamientos armados y bloqueos de carreteras que afectan las operaciones humanitarias durante la violencia. La ONU también ha decidido desviar vuelos al segundo aeropuerto del país, en la ciudad norteña más pacífica de Cap Haïtien.
La situación en Haití es crítica, con pandillas controlando el 85% de la capital y el país al borde del hambre. La misión de la ONU respaldada por policías kenianos para reducir la violencia de las pandillas enfrenta problemas de financiación y personal, lo que ha llevado a llamados para una misión de paz de la ONU.