Las ciudades del norte de B.C., como Prince George, están experimentando un aumento sin precedentes de la presencia de osos negros, que buscan comida antes de hibernar. Sin embargo, este fenómeno ha generado un dilema ético entre los residentes, que se debaten entre denunciar o no a los animales ante las autoridades.
Según el Servicio de Conservación de B.C. (BCCOS), el mes de agosto registró 2.241 quejas sobre osos, lo que llevó a la muerte de 36 ejemplares, mientras que en la primera semana de septiembre hubo 160 llamadas y dos osos abatidos. Estas cifras suponen un aumento significativo respecto a años anteriores, cuando no se mató a ningún oso en agosto de 2022.
La razón por la que los agentes de conservación se ven obligados a disparar a los osos es porque se han habituado a la comida humana y han perdido el miedo a las personas, lo que supone un riesgo para la seguridad pública. El BCCOS afirma que no es posible rehabilitar o reubicar a estos osos y que la única forma de evitar su muerte es no atraerlos en primer lugar.
Sin embargo, algunos residentes se sienten incómodos al ver cómo se mata a los osos y prefieren adoptar una postura de “no delatar” a los animales. Corey Hardeman, una pintora y educadora que vive en Prince George, dijo que vio cómo un agente de conservación tranquilizaba a un oso negro en un árbol entre su casa y la de su vecino, que tenía manzanas sin recoger. El oso cayó del árbol, corrió por su patio trasero y luego se escuchó un disparo.
“Ver morir a un oso joven y sano fue bastante angustioso”, dijo Hardeman. “Hay osos en nuestro patio casi todos los días … Hay osos en el centro de la ciudad … Nunca he visto nada igual”.
El BCCOS insta a las personas que vean algún comportamiento agresivo de los osos a que se pongan en contacto con ellos, porque el animal puede convertirse en un peligro para el público. También recuerda que las llamadas al 911 solo deben hacerse si los osos suponen una amenaza inmediata, y que el resto de casos deben dirigirse al teléfono del BCCOS: 1-877-952-7277.
Los expertos dicen que lo mejor que se puede hacer para proteger a los osos es no atraerlos en primer lugar. Eso significa asegurar la basura hasta el día de la recolección, retirar la comida de las aves y las mascotas, cosechar toda la fruta y las bayas y limpiar las barbacoas. Los osos negros son comedores oportunistas y pueden sentirse tentados por cualquier olor a comida.
Se desconoce la causa exacta del aumento de los osos urbanos, pero se ha especulado con factores como la sequía, que afecta a los cultivos de bayas, o el desarrollo urbano, que reduce el hábitat natural de los animales.