El café, y más específicamente la cafeína, es una forma para sentirnos más alertas y despiertos por las mañanas, pero ¿cómo afecta esto a nuestra salud? La respuesta depende de nuestros genes, según la Dra. Sara Mahdavi, científica clínica en la Universidad de Toronto, y el genetista y profesor en la escuela de ciencias naturales de la Universidad Laurentiana, Thomas Merritt. Mahdavi recomienda limitar la ingesta de cafeína a 200 miligramos al día, ya que su investigación muestra que es seguro para todos. Las personas que metabolizan la cafeína rápidamente pueden tolerar más café que aquellas que la metabolizan lentamente, dijo Marilyn Cornelis, profesora asociada en el Departamento de Medicina Preventiva de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
La cantidad de cafeína que puede contener una taza de café varía dependiendo de la forma en que se prepare, siendo que una taza de ocho onzas puede contener entre 118 y 179 miligramos de cafeína. La cantidad recomendada por Health Canada es de hasta 400 miligramos de cafeína por día para adultos que no están embarazadas o en período de lactancia. En general, la mayoría de las personas pueden tolerar de una a cuatro tazas de café al día antes de comenzar a sentirse nerviosas.
El café contiene cafeína, que se parece mucho a un neurotransmisor que se produce naturalmente en nuestro cuerpo llamado adenosina, el cual ayuda a mantenernos somnolientos y dormidos, según explicó Merritt. Las moléculas de cafeína se unen a los receptores de adenosina en nuestro cerebro, pero como se ven ligeramente diferentes, apagan la vía del sueño y encienden una vía de despertar en su lugar, lo que nos hace sentir más alerta. También puede proporcionar una dosis de dopamina, un neurotransmisor químico que envía mensajes de placer al cerebro.
Mahdavi publicó un estudio este año que sugiere que las variantes genéticas que afectan el metabolismo de la cafeína tienen un gran impacto en si el café está mejorando o dañando nuestra salud. El estudio midió tres marcadores de salud renal, incluyendo hipertensión, y encontró que el grupo que metabolizó el café más lentamente mostró un declive en la función renal. Mientras que los resultados de los metabolizadores rápidos de la cafeína contaron una historia diferente, ya que independientemente de la cantidad de café que bebieran, su función renal se mantuvo igual en lugar de disminuir, lo que sugiere que la velocidad del metabolismo de la cafeína hace una gran diferencia. Aunque los efectos del café en nuestra salud son diferentes para cada persona, lo importante es prestar atención a cómo nos hace sentir y adaptar nuestro consumo de acuerdo a ello.