En medio de acusaciones de avaricia corporativa por parte de los miembros del Parlamento, el máximo responsable de Bell Canada está defendiendo la decisión de la compañía de recortar miles de empleos, argumentando un cambio en los hábitos de visualización de los canadienses, alejándose de la televisión tradicional. Los partidos Liberal, Conservador y Nuevo Demócrata interrogaron al CEO Mirko Bibic en un intercambio a menudo combativo durante una reunión del comité de patrimonio de la Cámara de los Comunes el jueves por la tarde. Los parlamentarios le ordenaron comparecer y responder por los recortes, que afectan al nueve por ciento de la fuerza laboral de BCE Inc..
En febrero, la compañía anunció que recortaría unos 4,800 empleos, pondría fin a varios noticieros de televisión y vendería 45 de sus 103 estaciones de radio. El diputado liberal Taleeb Noormohamed le dijo a Bibic: “La idea de que consideraras apropiado recibir bonificaciones sustanciales y paquetes de acciones en un momento en que tus trabajadores, empleados y periodistas podrían haber mantenido sus empleos es un poco decepcionante. Creo que es importante pensar en los canadienses, especialmente aquellos que subsidiaron tu empresa durante tanto tiempo”.
La crítica conservadora de patrimonio, Rachael Thomas, afirmó que es “muy curioso” que una empresa valorada en 40 mil millones de dólares y que recibió subsidios del gobierno despida a sus trabajadores. Acusó a Bibic de evadir sus preguntas, lo que, según ella, hacía que el CEO pareciera “poco transparente” 1. Bibic defendió a su compañía, culpando factores como la productividad, la inflación y los retrasos en la implementación de la Ley de Transmisión en Línea en línea del gobierno federal, bajo la cual Bell se beneficia de un alivio regulatorio significativo. Según Bibic, el ecosistema mediático en Canadá “está en crisis” debido a la disrupción tecnológica, los cambiantes hábitos de los espectadores, la demanda cambiante de los anunciantes y la competencia vigorosa de gigantes extranjeros de la web que no están sujetos a las mismas regulaciones costosas que los radiodifusores canadienses.