El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha aprobado por unanimidad el envío de una fuerza militar y policial a Haití para ayudar al gobierno a restablecer la seguridad y el orden en el país caribeño, que se enfrenta a una grave crisis humanitaria y política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio.
La resolución, presentada por Estados Unidos y copatrocinada por 14 países, autoriza el despliegue de hasta 5.000 soldados y 2.000 agentes de policía bajo el mando de Kenia, que ha ofrecido liderar la misión. La fuerza tendrá un mandato inicial de seis meses, prorrogable por el Consejo de Seguridad, y tendrá como objetivo principal proteger a la población civil, apoyar la celebración de elecciones libres y creíbles, y combatir a las bandas armadas que controlan gran parte del territorio haitiano.
La decisión del Consejo de Seguridad se produce después de que el secretario general de la ONU, António Guterres, pidiera una acción urgente para evitar que Haití se convierta en un “Estado fallido” y para aliviar el sufrimiento de los millones de haitianos que necesitan ayuda humanitaria. Guterres ha expresado su agradecimiento a Kenia por asumir el liderazgo de la misión y ha instado a todos los países miembros a contribuir con personal, equipos y fondos.
Por su parte, el primer ministro interino de Haití, Ariel Henry, ha acogido con satisfacción la resolución del Consejo de Seguridad y ha asegurado que su gobierno cooperará plenamente con la fuerza de la ONU para restaurar la estabilidad y la democracia en el país. Henry ha reiterado su compromiso de celebrar elecciones presidenciales y legislativas antes de finales de año, tal como exige la comunidad internacional.
La fuerza de la ONU será la cuarta misión que se despliega en Haití desde 1993, cuando se inició la primera operación para restaurar el orden constitucional tras un golpe de Estado. La última misión terminó en 2019, tras 15 años de presencia en el país.