El economista canadiense Peter Howitt comparte el Premio Nobel de Economía por su teoría sobre “destrucción creativa” y crecimiento impulsado por la innovación

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THE LATIN VOX (13 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.  

En un reconocimiento ampliamente celebrado que combina historia, matemática y visión estratégica, Peter Howitt, economista canadiense, ha sido galardonado con el Premio Nobel de Ciencias Económicas junto con Philippe Aghion y Joel Mokyr, por su aporte decisivo al entendimiento del crecimiento económico sostenido mediante la innovación y un mecanismo conocido como destrucción creativa.

El comité del premio justificó la decisión señalando que los tres economistas “explicaron cómo la innovación y en particular la sustitución de tecnologías obsoletas por nuevas impulsa el crecimiento económico a largo plazo.”

Para Howitt, este reconocimiento representa un momento clave. Como investigador, su carrera ha estado estrechamente vinculada a la teoría del crecimiento endógeno y al modelo que desarrolló junto al francés Aghion, que ofrece una formalización cuantitativa de la idea de destrucción creativa.

Vida académica y trayectoria de Howitt

Peter Wilkinson Howitt nació en 1946 en Guelph, Ontario, Canadá. Obtuvo su licenciatura en Economía en la Universidad McGill y luego una maestría en la Universidad de Western Ontario. Posteriormente, se doctoró en Economia en Northwestern University en 1973.

Su carrera docente e investigadora lo llevó desde Canadá hasta los Estados Unidos, donde se desempeña como profesor de Ciencias Sociales en la Universidad Brown, con la cátedra Lyn Crost.

Desde sus comienzos, Howitt profundizó en teorías macroeconómicas y sobre crecimiento, vinculando dinámicas de innovación con la evolución de estructuras productivas. Su interés gravitó hacia cómo los cambios tecnológicos no solo expanden lo posible, sino también reconfiguran ecosistemas industriales enteros.

La contribución: destrucción creativa y crecimiento endógeno

La noción de destrucción creativa fue acuñada por primera vez por Joseph Schumpeter, quien observó que el capitalismo se caracteriza por un ciclo continuo donde lo nuevo reemplaza a lo viejo. Lo que Howitt (junto con Aghion) hizo fue llevar esa idea a una formulación matemática y rigurosa: un modelo que muestra cómo la competencia entre empresas innovadoras y establecidas puede generar crecimiento sostenible.

La versión más conocida de su modelo publicada en 1992 propone que:

  • Las empresas invierten en innovación con la expectativa de obtener rentas (regalías o monopolios temporales).
  • Las innovaciones exitosas desplazan tecnologías o empresas anteriores, lo que crea espacio para nuevos emprendimientos.
  • Para que el crecimiento continúe, es necesario que no haya barreras excesivas al ingreso de innovadores, o de lo contrario el sistema se estanca.

Este enfoque pone el acento en la dinámica del mercado interno, en contraposición a modelos más estáticos donde el progreso tecnológico se introduce como un factor externo. Así, el modelo de Howitt y Aghion ayudó a consolidar lo que hoy se llama la teoría del crecimiento endógeno.

Además, esta teoría ha servido para pensar políticas públicas: cómo incentivar la innovación (subsidios, protección de patentes), cómo equilibrar competencia y concentración, y cómo proteger a los trabajadores que pueden perder empleo en el proceso de transición tecnológica.

Relevancia actual: tecnología, concentración y retos globales

El galardón llega en momentos de profundos desafíos mundiales: la aceleración de la inteligencia artificial, el debate sobre monopolios tecnológicos, la presión por proteger industrias nacionales y el temor de que el crecimiento se estanque. En este contexto, la visión de Howitt y sus colegas retoma fuerza como lente analítica privilegiada.

Durante el anuncio del Nobel, Howitt advirtió sobre los peligros de la IA:

“Es una tecnología fantástica que tiene posibilidades increíbles. Pero también tiene el potencial de destruir empleos. En un mercado no regulado, los incentivos privados no resolverán este conflicto de forma justa para la sociedad.”

Este comentario subraya cómo los cambios tecnológicos, aunque prometedores, conllevan costos sociales que deben gestionarse con políticas inteligentes, no con la negación del cambio.

Por su parte, los miembros del comité insistieron en que el crecimiento económico, lejos de ser automático, requiere mantener los mecanismos de innovación y competencia para evitar que las sociedades caigan en estancamiento.

También se advirtió sobre amenazas crecientes: la concentración excesiva de poder en las grandes plataformas tecnológicas puede sofocar la entrada de innovadores, reduciendo la diversidad y dinamismo del mercado.

Proyecciones e implicaciones para Canadá y Latinoamérica

Para Canadá, el reconocimiento del Nobel constituye un motivo de orgullo académico, pero también un llamado a reforzar la infraestructura de innovación: educación, inversión en I+D, políticas de emprendimiento y regulación inteligente. Howitt —oriundo del país— lleva la bandera de que los países con economías medianas como Canadá jueguen un rol activo en la nueva oleada tecnológica.

Para América Latina, este modelo invita a reflexionar:

  • ¿Cómo fomentar innovación local frente a gigantes tecnológicos extranjeros?
  • ¿Cómo equilibrar la protección de empleo con la necesidad de dinámica productiva?
  • ¿Qué rol debe cumplir el estado para incentivar el surgimiento de empresas innovadoras?
  • ¿Cómo diseñar redes de seguridad social que amortigüen los efectos negativos de la destrucción creativa?

El modelo de Howitt (y Aghion) sugiere que las economías que se queden rezagadas en innovación, competencia y apertura podrían quedar atrapadas en un crecimiento lento, incapaces de responder a las olas tecnológicas.

Un reconocimiento cargado de simbolismo intelectual

Este Nobel no solo celebra décadas de trabajo académico riguroso, sino el poder de una idea que liga innovación, cambio y crecimiento. En un mundo donde lo nuevo amenaza constantemente a lo estable, el paradigma de la destrucción creativa sostiene que ese choque no es solo inevitable, sino necesario para que la prosperidad avance.

Para Howitt, recibir este galardón en compaña de colegas como Aghion y Mokyr quienes desde distintas disciplinas han enriquecido la mirada histórica, institucional y técnica sobre el progreso es un momento que resume la convergencia entre teoría económica y las exigencias del mundo real.

Fuente: www.theglobeandmail.com

Foto: Google fotos


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