
THE LATIN VOX (25 de septiembre de 2025).- Daniela Medina.
En medio de tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Canadá, el embajador estadounidense Pete Hoekstra reaccionó con molestia tras escucharse la insinuación de que el presidente Donald Trump estaría “desinformado” respecto a lo que Canadá tiene para ofrecer. Durante una conferencia en el Global Business Forum en Banff, el diplomático no solo defendió la posición del mandatario, sino que también dejó caer que podría reconsiderarse el acuerdo de “preclearance” en aeropuertos canadienses como parte de ajustes en política fronteriza y de vigilancia.
La reacción del embajador se produjo luego de que un panelista canadiense cuestionara la afirmación de Trump de que Canadá “no tiene nada que ofrecer” y sugería que el mandatario no estaba bien informado sobre la economía canadiense. La tensión escaló públicamente y puso bajo la lupa las relaciones bilateral entre los dos países vecinos.
El episodio en Banff: palabras que encendieron el debate
Durante el foro de negocios en Banff, el experto Colin Robertson objetó públicamente algunas de las declaraciones de Trump hacia Canadá, destacando que el país tiene recursos estratégicos como el potasio que son esenciales para Estados Unidos. Uno de los comentarios que más resonó fue:
“Uno de los problemas es que el presidente parece no estar bien informado cuando dice cosas como ‘Canadá no tiene nada que queremos’”.
Al escuchar esto, el embajador Hoekstra se levantó y respondió con vehemencia:
“Me tomo gran ofensa cuando canadienses dicen que nuestro presidente está desinformado, que nuestro presidente no es confiable… esas cosas”.
El ambiente del foro se tornó tenso, con espectadores haciendo silencio tras la réplica diplomática. Hoekstra también fue preguntado sobre los comentarios anteriores de Trump sobre convertir Canadá en el “estado 51” de EE. UU., sugerencia que ha generado indignación en varias ocasiones. Ante esto, Hoekstra desvió la conversación: “No tengo tiempo para eso”, afirmó.
Preclearance aeroportuario: una carta de presión diplomática
Además de defender al presidente, Hoekstra aprovechó su discurso para señalar que el acuerdo de preclearance fronterizo en aeropuertos canadienses —que permite inspecciones de pasajeros antes de volar a EE. UU. desde Canadá— podría estar en riesgo. El embajador indicó que, ante la disminución del tráfico transfronterizo, el modelo financiero del preclearance podría volverse insostenible:
“No estamos seguros de que las cifras funcionen más, porque el preclearance lo hace el gobierno de EE. UU. y pagamos por él”.
Este mecanismo, vigente desde 1952, permite que pasajeros que salen de aeropuertos canadienses sean sometidos a controles estadounidenses antes de abordar el vuelo, aliviando procedimientos en su destino. Canadá alberga agentes estadounidenses en aeropuertos en Calgary, Toronto, Edmonton, Montreal, Vancouver, Halifax, Ottawa, Victoria y Winnipeg.
Si EE. UU. decide retirar su participación o reducir sus operaciones de preclearance, los vuelos entre ambos países podrían enfrentar demoras adicionales, aumentos en controles migratorios y costosa reorganización operativa.
Implicaciones diplomáticas y estratégicas
Confianza y respeto mutuo
Este episodio resalta una fragilidad en la relación diplomática entre EE. UU. y Canadá: cuestionar públicamente la “información” o competencia del presidente estadounidense es visto, desde la Casa Blanca, como una falta de respeto irreparable. La defensa contundente de Hoekstra insinúa que el margen para críticas públicas sobre las decisiones presidenciales será menor ante la administración Trump.
Presión económica y negociaciones
El preclearance no es solo un mecanismo de control migratorio, sino también un factor económico y logístico para aerolíneas, pasajeros y comercio. Su modificación podría convertirse en una pieza de negociación en tratados comerciales, acuerdos fronterizos o temas de seguridad bilateral.
Escalada del discurso político
La agresiva defensa de Trump por parte de su embajador en Canadá da señales de una estrategia donde cualquier crítica será respondida con dureza. Esto puede provocar que el diálogo diplomático se vuelva más tenso, con menos espacio para la diplomacia tradicional y más riesgo de enfrentamientos simbólicos.
Riesgo para ciudadanos y comercio
Si el preclearance se modifica o retira, los viajeros canadiense-estadounidenses podrían enfrentar retrasos, doble revisión fronteriza y posibles costos mayores. Además, empresas binacionales que confían en la fluidez del tráfico aéreo podrían sufrir inconvenientes logísticos en transporte, comercio y turismo.
La reacción del embajador estadounidense en Canadá al insinuarse que Trump estaría desinformado no es solo una defensa personal del presidente: es un acto simbólico con repercusiones en la política fronteriza, la cooperación bilateral y la diplomacia pública. Lo que en principio pareció un intercambio en un foro de negocios se transformó en una muestra clara de que, para la administración Trump, el discurso y la percepción pública también son campos de batalla.
El destino del preclearance, la credibilidad presidencial y la relación entre dos naciones aliadas quedan ahora envueltos en un pulso diplomático cuyo desenlace podría tener efectos concretos para viajeros, economías regionales y la confianza internacional en relaciones de Estado.
Fuente:www.ctvnews.ca
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