El gobierno federal ha presentado un panorama económico sombrío, que muestra un déficit récord de 381.600 millones de dólares y una deuda que supera el billón de dólares por primera vez en la historia de Canadá. Estas cifras son el resultado de la pandemia de COVID-19, que ha obligado al gobierno a gastar miles de millones de dólares en programas de ayuda para los ciudadanos y las empresas.
Sin embargo, lo más preocupante es el costo de mantener esta deuda, que se refleja en los pagos de intereses que el gobierno debe hacer cada año. Según el informe económico, los pagos de intereses ascenderán a 20.500 millones de dólares este año fiscal, y aumentarán a 39.700 millones de dólares en el año fiscal 2025-2026. Esto significa que, en cinco años, el gobierno gastará más en intereses que en las transferencias de salud a las provincias, que se estiman en 38.600 millones de dólares para ese año.
Esto es una señal de alarma para el futuro de Canadá, ya que implica que el gobierno tendrá menos recursos para invertir en servicios públicos esenciales, como la salud, la educación y la infraestructura. Además, esta carga financiera recaerá sobre las generaciones futuras, que tendrán que pagar la deuda que se ha acumulado durante la pandemia.